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Primeros partidos de pretemporada en la AFC Norte

Los dioses del football nos vuelven a bendecir con su maná caído del cielo en forma de partidos que, aunque irrelevantes, sirven para saciar el alma de sus devotos feligreses. No obstante, exigen su tributo en forma de sacrificio de inocentes, y el primero en caer lesionado de importancia en la división ha sido el kicker acerero Suisham. Presiento que no será el único. No esperéis ver en este artículo el resultado de ningún partido, ya que estos son más engañosos que un perfil de Meetic. Sin embargo, es posible empezar a adivinar tendencias, estado de lesionados en 2014, y la adaptación de los novatos.

Empezaré por los Steelers, porque de estos hay más material puesto que han jugado ya dos partidos. En el primero de ellos no pisó el césped la temible “Triple B”: Ben (Roethlisberger), Bell y Brown. Sí jugaron en el segundo, y su breve pero eficaz aportación fue una clara declaración de intenciones: primera jugada, pase a Brown, segunda jugada, pase a Bell. Drive relámpago que acaba en TD y conversión de dos (¿preludio de que lo intentarán a menudo este año?) para Bryant y Wheaton respectivamente. A los señores del acero no les falta pólvora en la ofensiva. Después, al banquillo y turno para Landry Jones, por la lesión de Gradkowski, de dirigir al equipo. El tercer QB no estuvo nada afortunado en ninguno de los dos encuentros pese al extenso tiempo de juego del que disfrutó. Errático, lo que conseguía avanzar por las penalizaciones de los Jags, se lo quitaban sus receptores con los drops. Villanueva disputó bastantes minutos en el LT, resultando más sólido en el primer partido que en el segundo. Le han cambiado de posición y probablemente el siguiente partido lo juegue en el RT, lo que no debe entenderse como un paso atrás, sino al contrario, pretenden darle versatilidad para consolidar sus aspiraciones de quedarse en la plantilla. En defensa, el LB Shazier se está erigiendo en el referente más importante, mientras que la secundaria mostró que tiene trabajo por hacer para ponerse a punto.

De los Browns, si me permitís la frivolidad, lo primero que me gustó fue su nuevo uniforme. Se puede ser elegante e innovador sin recurrir a extravagancias. En cuanto al juego, obviamente hay que enfocarse en la actuación de los QBs. McCown estuvo muy seguro y con frialdad en las situaciones comprometidas. Manziel jugó más minutos, como corresponde a su condición de suplente, y me pareció mejor con los pies que con las manos. Eficaz eludiendo la presión saliendo en rollouts, y aunque bastante preciso en general en sus pases, estos iban al cuerpo de sus receptores, lo que no les ponía en posición de poder generar muchas más yardas tras la recepción. Sumado a que no eran muy profundos, limitó su producción. Pese a lo anterior, su aportación fue esperanzadora. Más destacable fue el debut de Shelton en el centro de la DL de Cleveland. La defensa se resintió cuando le sentaron, síntoma de que pese a que la secundaria sigue siendo un baluarte, todavía tienen que mejorar contra la carrera y la cobertura en la zona de influencia de los LBs. Otros rookies que me gustaron fueron el WR Jennings, que ganó puntos en un cuerpo de receptores donde no hay nada decidido, y muy especialmente el SF Campbell. Por contra, el CB Gilbert no termina de despuntar, y el juego de carrera, que debía ser uno de los pilares del equipo, tampoco. Ni Crowell ni West brillaron, y con Johnson lesionado, se entienden los rumores sobre la intención de fichar a Ray Rice. Para terminar, me gustaron los equipos especiales: han mejorado en cobertura, el punter Lee sigue siendo una bestia, y en el duelo de kickers desconocidos, Spear se apuntó el primer asalto con un field-goal de 47 yardas.

Contrariamente a lo que suele ser habitual en pretemporada, Ravens y Saints ofrecieron un partido muy entretenido. La ofensiva de Baltimore estuvo en su línea: muy sobria, pero efectiva, con una extensa utilización del FB. Los turnovers llegaron al arriesgar. Excelentemente protegidos por la línea ofensiva, los QBs córvidos probaron a los receptores de “segunda fila”, quienes tras el anuncio de que éste será el último año de Steve Smith, y las lesiones de Perriman y Brown, tenían una oportunidad de sobresalir. Campanaro la aprovechó. En defensa no parece haber cambiado nada: el front-seven sigue muy rápido, con el novato Carl Davis haciendo olvidar a Ngata; y la secundaria en dificultades, sobre todo los safeties. En equipos especiales, Tucker no ha perdido ni potencia ni puntería en su pierna, pero hubo algún desajuste en cobertura de retornos.

El partido entre Bengals y Giants sí resultó lo esperado: un tostón. La primera unidad ofensiva bengalí se impuso con sobrada superioridad a la defensa newyorkina, quizá por haber tomado buena nota en los dos días que entrenamientos conjuntos que celebraron previos al partido, y anotó con rapidez en el único drive dirigido por Dalton. Por su parte, los primeros defensores maniataron a Eli Manning. Ahora bien, con la aparición de los reservas la tendencia se invirtió y fueron los Giants quienes dominaron, síntoma de que el fondo de banquillo atigrado tiene deberes pendientes. Sobre todo en la posición de quarterback. Con McCarron, presumible QB2, lesionado, Josh Johnson consiguió que hasta los más acérrimos detractores bengalíes de Dalton rueguen para que éste no se lesione. En defensa, salvo algún destello puntual de los novatos, la línea defensiva sigue concediendo demasiadas facilidades al juego de carrera rival. Mal día para los equipos especiales: field-goal de 27 yardas fallado, excesiva comodidad para los retornos contrarios y absoluta ineficacia en los propios.