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Hard Knocks, capítulo 1: el previsible show de J.J. Watt

J.J. Watt moviendo una rueda de buldozer. J.J. Watt asegurando que es más fuerte que nunca. J.J. Watt dando una vuelta de castigo por saltar (¡por primera vez en dos años!) un offside de su entrenador, J.J. Watt quedándose a entrenar hasta el ocaso, con todos sus compañeros ya fuera del campo. J.J. Watt sacando tiempo para besar bebés y firmar autógrafos hasta el amanecer, si fuere preciso. J.J. Watt curando el cáncer. J.J. Watt consiguiendo la paz en Oriente Medio.

Creo que J.J. Watt es uno de los mejores jugadores de la NFL. Sino el mejor. Y no necesito ponerle el apellido defensivo. Pero incluso para un fan acérrimo como yo puede resultar excesivo y estomagante el despliegue publicitario que el jugador exhibió en el primer capítulo de la serie Hard Knocks. Este documental de la cadena de televisión HBO sigue a un equipo de la NFL durante toda la pretemporada cada año, y esta temporada los protagonistas son los Houston Texans. 

O eso pensábamos porque, en la práctica, la presencia de Watt se comió al resto del primer capítulo. Es de esperar que eso cambie de ahora en adelante. De hecho, la serie sentó las bases del seguimiento de la batalla de QBs, entre Brian Hoyer y Ryan Mallet, la típica batalla de los jugadores menores por entrar en el roster final (seguro veremos lágrimas cuando alguno de ellos sea cortados) y los impagables momentos en los que Bill O'Brien alecciona espiritualmente a sus muchachos.

Me extenderé en por qué creo excesivo el jabón a la figura de Watt. Se trata del jugador más conocido del equipo, que duda cabe, y el que se lleva todo el calor de los fans. Y muy justamente. Pero ¿es necesario hacer ver que entrena más que nadie? La serie te deja con la sospecha de que está todo preparado, o que al menos el jugador es muy consciente de que hay cámaras y que su imagen ha de ser impoluta. No es que me parezca mal, a fin de cuentas es una figura pública y que mejor instante para cuidar lo que se opina de él que en Hard Knocks, tan puro en sus ideales; pero como espectador me parece superfluo. Y eso es lo único que puedo echar en cara al primer episodio.

Porque, por lo demás, disfrute como un enano de las historias que desarrollaron.

Con especial mimo trataron los entrenamientos conjuntos con los Washington Redskins. Todos sabemos que eso acabó como el rosario de la aurora, pero la HBO se tomó su tiempo en desarrollar los acontecimientos con el tempo justo para meternos en el fregao con mimo. Vimos como el primer día los Texans atizaban a los Redskins pero bien, como el segundo día los de Washington volteaban la situación lo que llevó a una severa bronca de Romeo Crennel, coordinador defensivo de Houston, y Bill O'Brien a su gente. Por supuesto, el tercer día ambas escuadras estaban encendidas con una guindilla en el culo plantada por sus entrenadores. Y lo vimos paso a paso. ¿El final? Batacazos y suspensión final de los entrenamientos conjuntos, siempre achacando a los jugadores su inmadurez... pero leyendo entre líneas, Hard Knocks hizo un bello trabajo enseñándonos porque se llegó a ese punto.

De la misma forma, creó una de las controversias de la semana. DeAngelo Hall y DeAndre Hopkins se enzarzaron en una discusión fea que acabó con una jugada del receptor que sirvió de mofa sobre el cornerback. Tras verlo en la tele, y tras la consiguiente reacción de ambas bases de fans, los dos se tiraron pullas en twitter.

Con todo y con eso, lo que más disfrute de este primer capítulo fue conocer más en profundidad a un tipo que me cae bien y que creo que puede ser importante en la NFL: Bill O'Brien. Ya la primera escena, antes de la secuencia de presentación, el entrenador se dirige a su staff técnico y les dice "no somos nadie, no tenemos el respeto de nadie, y eso va a cambiar". Muy cinematográfico , muy creíble. Su empeño en que todos los jugadores se conozcan entre sí dio lugar a una muy divertida escena en la que los rookies quedaron en evidencia, y sus apariciones en el podio dieron, en cada momento, las mejores risas del capítulo uno.

Estoy seguro que el capítulo dos seguirá ahondando en las historias personales que, con el paso de las semanas, desembocarán en finales más emocionantes, y mucho menos en las hazañas de ese superhéroe llamado J.J. Watt. Para alegría de nosotros, los espectadores.