Previa de la temporada NFL-2015 Tampa Bay Buccaneers
Una apuesta a todo o nada por Jameis Winston
Es complicado hablar este año de los Buccanners sin ponerse gafas de sol. Jameis Winston deslumbra demasiado y casi no deja ver nada de lo que hay a su alrededor. Pero creo que toda la franquicia de Tampa, desde el propietario hasta el último aficionado del último rincón del mundo, se ha echado a los brazos del jugador como si fuera la última solución para un equipo que lleva varios años intentándolo por todos los medios, haciendo las cosas presuntamente bien, y estampándose siempre, pese a todo, contra la primera pared del camino.
Por si alguien tiene dudas sobre la entrega sin condiciones a Winston, solo hay que mirar el último draft. Que después de la anunciada elección del quarterback llegaron sucesivamente dos líneas ofensivos, un linebacker, dos receptores y un fullback. Salvo en el caso de Kwon Alexander, armas y más armas para cuidar y darle argumentos a su nuevo abanderado.
El problema es que el boquete del barco bucanero no está solo en el ataque. La defensa amenaza ruina. Pese a que en la agencia libre sí que se intentaron tapar agujeros, no lo hicieron ni con la insistencia, ni con el acierto debido. Reforzar con jugadores dudosos de Dallas o Chicago no parece el camino ideal para dejar de encajar puntos.
Y es que a veces da la sensación de que tener la primera elección del draft es una maldición que obliga a construir la casa por el tejado. Porque la frase que más se ha escuchado en los últimos meses es que Winston llega a la NFL perfectamente formado, con un estilo depurado, para poder rendir al ciento por ciento casi desde el primer día. Y que con Mike Evans y Vincent Jackson al otro lado del balón conseguirá ponerse de cero a cien en tiempo récord. El axioma suena bien como deseo, pero aun queda por descubrir si el quarterback consigue mantener la cabeza sobre los hombros, que en su etapa universitaria no fue esa su principal virtud precisamente.
Así que este año en Tampa la frase de moda es “relájate y disfruta”. Nadie espera que los Buccaneers consigan un buen récord, porque alrededor de Winston solo se vislumbra un grupo en mantillas que necesita aun mucha reconstrucción, pero si por el camino el chaval se enchufa, sus receptores juegan al nivel que saben, y la línea ofensiva da el salto de calidad que se le presupone tras reforzarse con dos segundas rondas, los Bucs, como poco, deberían dar espectáculo, y del bueno. Esa sería la prueba del algodón perfecta para saber si están empezando a caminar en la dirección correcta.
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