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En Fantasy, este año lo mejor es draftear el último

En la teoría, la esencia de un draft debería de ser muy sencilla: el primer equipo a elegir es un privilegiado porque puede fichar al mejor jugador. Pero no son todos los años que la realidad te regala un Andrew Luck o Cam Newton.

Lo mismo pasa en fantasy.

Difícilmente tendrás un número uno unánime, pero en general tienes a dos o tres tipos que se salen claramente por delante de la mayoría y siempre les ves ahí arriba entre las tres primeras elecciones.

El problema para de este año es que no sólo no hay un consenso de quien debería ser el número uno sino que todos los jugadores que entran en la discusión tienen alguna duda importante de cara a la temporada.

Sin exageración, he leído artículos serios y muy bien argumentados en defensa de al menos 13 jugadores diferentes como número del draft en 2015.

Mi número uno es Adrian Peterson, que viene hambriento y loco para probar que es “el mejor de todos los tiempos”. El problema es que él no ha jugado al football desde hace un año y en marzo cumplió los 30 años, número maldito para los running backs.

Otros corredores merecen consideración por sus enormes potenciales, conocidos por todos. Pero mirémoslos por el lado negativo.

Le’Veon Bell es un fenómeno y juega en el que puede ser el mejor ataque de la liga. Pero está sancionado dos partidos, 15% de la temporada de fantasy, y con la pésima defensa de los Steelers puede que Big Ben sea obligado a pasar mucho más de lo que les gustaría. Además, la web Sports Injury Predictor, especialista en predecir lesiones a través de una serie de algoritmos que utilizan tendencias históricas, lesiones previas y volumen de trabajo, tienen a Bell con un aterrador 87.4% de probabilidad de lesionarse este año. Vale recordar que él ha terminado la temporada pasada lesionado y que, recientemente, ha declarado que todavía no está al 100%.

Eddie Lacy es otro que está en un ataque bestial y que tiene un potencial de touchdowns increíble, pero su histórico de lesiones precede a sus tempos de jugador universitario y su promedio de 10.2 yardas por recepción será difícil de repetir.

Llegando a los malditos 30 años están Marshawn Lynch, Jamaal Charles y Matt Forte. El primero cumplió 29 en abril, el segundo los cumplirá durante la temporada y el tercero cumple 30 en diciembre. El corredor de los Seahawks lleva en su espalda 1.345 carreras en las últimas cuatro temporadas y puede que pierda protagonismo en la zona roja con la presencia de Jimmy Graham. El de los Chiefs solo tuvo un promedio de 16 carreras por partido y es evidente la preocupación en Kansas City por mantenerlo fresco. Y el de los Bears lleva bestiales 2.260 carreras en la mochila y, el año pasado, marcó su peor media de yardas por carrera, 3,9. Ha perdido a Marc Trestman como coordinador ofensivo.

DeMarco Murray fue el número uno en ligas sin puntos por recepción en 2014 y será el corazón del ataque más simpático para fantasy de la liga este año. El año pasado demostró que puede ser la piedra angular de un equipo fundamentalmente corredor pero su histórico de lesiones aliados a las 393 carreras en la última temporada despiertan gran preocupación.

Eso sin olvidar de C.J. Anderson, que mereció un artículo del Football Scientist de ESPN, KC Joyner, defendiéndole como número uno general. El sistema de Kubiak es una fábrica de corredores de élite, pero nadie sabe si él será capaz de cargar con un ataque toda una temporada.

Entre los wide receivers, Antonio Brown, Dez Bryant, Julio Jones y Demarius Thomas también poseen fuertes argumentos. El primero es el número uno de un ataque bestial, el segundo es el WR más dominante de la liga en jugadas de explosión y 1x1, el tercero es un fenómeno en un sistema que prioriza el receptor número uno y el tercero es la mejor arma de Peyton Manning.

Y tenemos a Rob Gronkowski.

La fiabilidad y consistencia que el TE de los Patriots da en una posición que, más que nunca, es la más inconstante de la liga no tiene precio. Pero el riesgo no deja de existir, principalmente hablando de un jugador con un histórico de lesiones considerable como Gronk.

Trece jugadores. Doce rondas.

Por este sencillo motivo, este año, quiero una de las últimas elecciones de la primera ronda.

Porque la posibilidad de que me toquen dos de estos 13 fenómenos en la plantilla es muy grande.

En mi primer draft importante de fantasy de pago me tocó la 12ª elección y, con ella y la 13ª, draftee a Bryant y Thomas. Y en la vuelta de la tercera para la cuarta me tocaron Frank Gore y C.J. Spiller. No está mal, ¿verdad?

Y no nos olvidemos de Odell Beckham Jr y Jeremy Hill, que también tienen enorme potencial y merecen perfectamente una elección alta de segunda ronda.

Veo cada vez más claro draftear a wide receivers con mis primeras dos elecciones, principalmente porque me encantan los running backs que suelen estar disponibles entre la tercera y quinta ronda (Frank Gore, Mark Ingram, Lamar Miller, Andre Ellington, Melvin Gordon, C.J. Spiller, Latavius Murray, Jonathan Stewart, T.J. Yeldon, Ameer Abdullah).

Pero si elijo al final de la primera ronda y los cuatro galáticos ya no están (Brown, Bryant, Jones y Thomas), me encanta la idea de tener a un duo bestial entre CJ Anderson, Marshawn Lynch, DeMarco Murray y Jeremy Hill.

En la teoría, elegir al final este año te da una ventaja un una comodidad que parece muy importante de cara a la temporada.