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MUNDIALES DE KAZÁN

El bajón de la sincronizada lleva a la natación a los 90

Tres medallas sin Mireia, el peor balance desde Perth 2001. “Lo que puedo decir es que respaldamos a los técnicos y creemos en los deportistas” comenta Carpena.

Rusia
EMOCIONADA. Jessica Vall, la sorpresa del Mundial para España.
EFE

Los XVI Mundiales de Natación bajaron ayer el telón con una actuación española muy floja, marcada, principalmente, por la ausencia de Mireia Belmonte, el descenso de la sincronizada, la no presencia por primera vez en la historia de la Selección masculina de waterpolo, el traspiés accidental de las chicas de Miki Oca después de tres años en la cumbre y la presencia testimonial de las disciplinas más minoritarias: los saltos, las aguas abiertas y los novedosos grandes saltos. España se va de Kazán con tres medallas (Ona Carbonell en la rutina de solo, que no es olímpica, y Jessica Vall en los 200 braza): puesto 22 del medallero.

“Lo que puedo decir es que respaldamos a los técnicos y creemos en los deportistas”, se arrancó el presidente de la RFEN, Fernando Carpena. Las medallas nos transportan a los años 90, cuando la sincro estaba fuera de los podios y las medallas llegaban por parte de talentos esporádicos, como ha podido ocurrir con la ejemplar Jessica Vall o con Ona Carbonell en la prueba individual de sincro, quien sí ha logrado mantener el estatus. Desde el Mundial de Perth de 2001, cuando únicamente el waterpolo masculino se colgó el oro, España siempre había logrado al menos cinco metales, empujados por las chicas de sincro. “Nuestro objetivo es conseguir mejorar los resultados. Hay que analizarlos nombre por nombre”, detalla Carpena.

Natación en línea. Después de valorar durante el campeonato los resultados de sincro, saltos, aguas abiertas y waterpolo, el director técnico de la natación, José Antonio del Castillo, reconoció que “no podemos estar contentos con lo conseguido”. Los 13 participantes españoles han logrado una medalla, dos finales, dos récords de España (Jessica Vall y el relevo 4x200 masculino), una clasificación para Río 2016 (el mismo relevo) y únicamente dos nadadores han logrado sus mejores marcas personales. “Llevábamos tres años de mucha exigencia y este año ha habido más problemas físicos en algunos nadadores y de mentalidad”, especifica Castillo. “Todo el mundo estaba en condiciones de hacer su mejor marca, pero la concentración no fue la suficiente”.

Ahora, la natación mira a Río de Janeiro. “La motivación será otra”. Castillo avanzó que el equipo saldrá de las mínimas que se obtengan en el Open de Pimavera, pero que se será flexible si algún nadador la logra antes o después en el Europeo. “Hay pocos nadadores que sean constantes. Vall es el ejemplo a seguir”.

Mireia, en su mejor nivel, sería oro y plata

¿Qué hubiera pasado si Mireia Belmonte hubiese competido al cien por cien en este Mundial? Aunque realizar hipótesis de las pruebas en las que participaba la nadadora del UCAM puede resultar arriesgado —las carreras dependen de muchos factores al margen de la mejor marca personal—, sí se puede hacer una aproximación de lo que hubiese conseguido la badalonesa con los tiempos que se han conseguido en Kazán. Mireia habría ganado el oro en los 200 mariposa. Su mejor marca personal en esta distancia (2:04.78) es ocho décimas más rápida que la de la ganadora, la japonesa Hoshi. También habría sido plata en la final de ayer de los 400 estilos. La mejor marca de Mireia es 4:31.29 y la estadounidense, quien fue segunda, realizó 4:31.71. Ese oro y plata serían las únicas medallas de Mireia, ya que en los 200 estilos, 400 y 800 libre habría sido quinta y en los 1.500 sexta. Un botín que habría maquillado el medallero español. ­