Previa de la temporada NFL-2015 Philadelphia Eagles
Un acto de fe infinita en el ‘Chip Kelly way of life’
Definitivamente, Chip Kelly ha llegado a la NFL para destrozar todos los axiomas que parecían inmutables. ‘Los equipos ganadores no se hacen en la agencia libre, sino en el draft’. ¿Seguro? En esta offseason se ha desprendido de Nick Foles, su quarterback titular; LeSean McCoy, su corredor número uno; Jeremy Maclin, su receptor estelar; Evan Mathis, el líder de su línea ofensiva; Trent Cole, Cary Williams… Hasta el intocable Fletcher Cox pudo cambiar de aires durante la noche del draft.
A cambio ha fichado a Sam Bradford, un quarterback teóricamente portentoso, aunque no tengamos la certeza porque ha acumulado lesiones en sus cuatro temporadas como profesional; a DeMarco Murray, un corredor frágil hasta que en 2014 recibió 449 balones para confirmarse como el mejor jugador ofensivo de la liga; a Ryan Mathews, corredor número uno de San Diego y abonado a la enfermería; a Byron Maxwell y Walter Thurmond, dos cornerbacks campeones con los Seahawks en 2013, aunque el segundo vive en un nido entre algodones; a Kiko Alonso, un linebacker que asombró con un debut meteórico hasta que sufrió una grave lesión; a Miles Austin y sus recaídas, a Brad Jones…
Dicho todo lo anterior, la plantilla tiene una pinta sensacional. Espléndida. Pero parece de mírame y no me toques. Un anuncio de tiritas. De esas que hay que mimar y arrullar en la cama cada noche. Y Kelly no es precisamente una madre, sino un entrenador que exprime a cada jugador sin compasión ni medida, en un intento de arrollar traspasando todos los límites de velocidad conocidos en el juego ofensivo de la NFL. Con un desprecio del reloj temerario y una imaginación desbordante.
Por si acaso, este año también han hecho un esfuerzo por reforzar la defensa, sobre todo contra el pase, que hasta ahora era horrorosa y su mayor talón de Aquiles. Cantidad y calidad. Como en la frutería. Con tres de sus seis elecciones del draft empleadas en cornerbacks, y un cuidado especial por encontrar jugadores capaces de actuar en distintas posiciones. Relevos constantes y asfixia también en el juego sin balón.
Si hay algo seguro es que este año van a ser un equipo divertidísimo de ver. Y en el fondo, en eso es en lo que consiste esta historia. Otra cosa será que el espectáculo termine coronado de títulos. Pero en cualquiera de los casos, si en la NFL no existiera un Chip Kelly, habría que inventarlo. Vivir o morir por una idea no es vulgar, sino atractivo. Tanto como lo son estos Eagles descabellados.
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LAS TRES CLAVES DEL EQUIPO POR ALBERTO ZARAGOZA
1 Dicen las malas lenguas que el día del draft intentaron traspasar a Sam Bradford, que a día de hoy es el encargado de llevarles hasta su primera Super Bowl. Que se mantenga sano es clave, como sucede con DeMarco Murray. En caso de que no se lesionen, y con una buena asimilación del sistema de Kelly, cambiará la percepción actual de todos sobre Bradford.
2 Ambiente dentro del vestuario. Chip Kelly no se casa con nadie, ya pudimos comprobarlo en las dos últimas pretemporadas y además prácticamente la totalidad de esos jugadores terminaron echando pestes de su antiguo HC. Si las cosas van mal en Philly, la desunión de vestuario, afición y prensa pueden ser una bomba que acabe con el proyecto.
3 La secundaria fue el gran problema defensivo de 2014. Se ha realizado una reconstrucción con la llegada de dos exmiembros de los Seahawks (Byron Maxwell y Walter Thurmond), además de un rookie (Eric Rowe). Malcolm Jenkins volverá a ejercer de FS, donde demostró ser una garantía de seguridad junto a un Wolff que no termina de convencer.