Previa de la temporada NFL-2015 Jacksonville Jaguars
Un bucle reconstructivo que se ha vuelto interminable
Esta es la historia de una reconstrucción eterna. Interminable. Quizá infinita. Y no es una exageración, que empezó en 2003, después de que Coughlin se marchara dejando un vestuario incendiado. Y ahí estamos en 2015, en plena reconstrucción. Como sucedía en 2014, 2013, 2012,…
Su drama ha sido, más o menos, el mismo de la mayoría de los equipos que se tiran un buen puñado de años en el fondo del abismo. Sin quarterback desde la marcha de Brunell, el mismo año que Coughlin, lo han intentado con Leftwich, Garrard, Gabbert (sí, permitidme que le aceptemos como quarterback), Henne y ahora Bortles.
Flamante Blake Bortles. Tercera elección global del draft de 2014 y espíritu libre durante toda la temporada de su debut. Porque si nos preguntan cómo jugó Bortles el año de su aterrizaje, solo podemos contestar que hizo lo que le dio la gana sin que nadie supiera muy bien cómo trabajar con él para hacerle evolucionar un poquito.
Y por eso el fichaje de Olson como coordinador ofensivo parece tener tanto sentido. Un especialista en trabajar con quarterbacks, en formarlos, para que por fin Bortles tenga un mentor que le de una partitura y marque el ritmo. Que por mucho que se critique su primera temporada, el QB no jugó mal, sino perdido. E incluso salpicó cada partido de detalles que alientan el optimismo.
Y para que nadie dude de que a los Jaguars les ha mirado un tuerto, en primera ronda, con el pick 3, eligieron a Dante Fowler que llegó envuelto como un regalo de Navidad… y se lesionó en el primer entrenamiento de la temporada. Ni el segundo, ni el tercero. Nada más llegar. En los primeros diez minutos. Esperemos que Yeldon, un chollo de corredor que llegó en segunda ronda, no sufra el mismo destino, porque el resto de los corredores de la plantilla no parecen tener ni media bofetada.
Mientras el pasador aprende, y Yeldon se asienta, un draft digno y una agencia libre plagada de mercenarios prometedores pero algo sobrepagados reforzarán una plantilla con exceso de clase media y no demasiada ilusión, en la que ni siquiera Gus Bradley, el creador de la defensa de los Seahawks, ha conseguido un bloque demasiado sólido a ese lado del balón.
Pero mientras sigue la reconstrucción, con un pie en Jacksonville y otro en Londres, lo que más debería preocupar en la franquicia es que, un domingo cualquiera, a muy pocos aficionados se les pasa por la cabeza sentarse a ver un partido de estos benditos Jaguars y su interminable bucle reconstructivo.
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