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Odell Beckham Jr.: "A una mano"

No corren buenos tiempos para los Giants. Después de jugársela por segunda vez a los Patriots de Tom Brady en la Superbowl del 2011, los G-Men se han quedado fuera de los playoffs las tres últimas temporadas. Este año ha sido especialmente cruel, pues han terminado con el peor balance de la última década (6-10).

Todos los equipos, por muy malo que haya sido el año anterior, sueñan con rehacerse milagrosamente en el siguiente ejercicio y aspirar a todo. Para la mayoría es una quimera reaccionar tan rápido. Pero no para todos. Al menos así debería ser para el equipo que presume de tener uno de los mejores dúos de receptores de la competición. Quizás el mejor.

Y es que al WR más salsero de la liga, Víctor Cruz, este año se le ha unido la gran sensación de la temporada, el rookie ofensivo del año y alguien que va camino de marcar una época: Odell Beckham Jr.

Tres cifras avalan la ilusión que se ha desatado en la Gran Manzana entre quienes confían con haber hallado al Randy Moss de la próxima década: 12 partidos; 91 recepciones; 1305 yardas. Sublime.

De casta le venía al galgo. Beckham Jr es hijo de una de las mejores velocistas que ha salido de Minnesota y de una estrella del football de instituto en Texas. Los caminos de Heather Van Norman y Odell Beckham Sr. se cruzaron en Baton Rouge, sede de la universidad de Louisiana State. a la que ambos asistían. Y ahí fue donde nació Odell Beckham Jr en noviembre de 1992, pocos meses después de que su padre acabara su periplo universitario como running back de los Tigers.

Curiosamente Beckham Sr. compartió habitación en el campus de LSU con un paisano de Texas y que, 20 años después, se ha acabado convirtiendo en uno de los deportistas más famosos del mundo. La mayoría lo conoce por Shaquille O’neal pero para Odell Beckham Jr se trata simplemente de “el tío Shaq”.

Así pues, las cualidades atléticas de sus progenitores ligaron la infancia de Odell al estado de Louisiana. Asistió al Isidore Newman School de Nueva Orleáns, el mismo instituto por el que años antes pasó la saga a la que pertenece su actual quarterback: los Manning. En su temporada sénior superó las 1000 yardas de recepción, algo que hasta entonces sólo había hecho el mayor, más desconocido, y único wide receiver de los tres hermanos Manning, Cooper.

La genética y, evidentemente, la tradición lo empujaron a vestir también de púrpura y oro para LSU. Y tal y como sucede hoy con Cruz, años atrás formó una sociedad de receptores formidable con Jarvis Landry (Miami Dolphins). No fue fácil brillar en un equipo cimentado sobre la defensa pero al final los destellos de calidad relucen más que las estadísticas y Odell se las arregló para presentarse en el draft del 2014 como uno de los jugadores más deseados.

Sus manos no pasaron desapercibidas en el combine. No sólo por su talento, sino especialmente por sus dimensiones. Y no es de extrañar. Para medir “sólo” 1’ 80 cm (algo bajo para un wide receiver de la NFL) Beckham Jr tiene unas manos inmensas, fuera de lo común, más grandes incluso que las de algunos receptores de más de 2 metros.Basta con decir que usa guantes 3XL y es capaz de sujetar hasta 10 pelotas de golf sobre la palma. Parecen más bien aptitudes para presentarse a un “talent show” televisivo pero el verdadero espectáculo es su capacidad para capturar balones con una sola mano. Una vez más, el tamaño importa, pero sin la calidad y la práctica…

Su altura relativa no asustó a los Giants, que lo eligieron en el puesto número 12 del draft. Fue el tercer WR seleccionado (por detrás de Sammy Watkins y Mike Evans) y el único receptor de la promoción que acabaría jugando la Pro Bowl.

Después de perderse el primer mes de competición por problemas musculares y unos primeros partidos como profesional de tanteo, Odell Beckham se convierte en un viral tanto de la red como del boca-oreja después de conseguir en un Sunday Night una recepción a una mano de otra galaxia. Y encima ante los Cowboys… Y encima para touchdown… Lo que se conoce como “The Catch”.

Los Giants acabaron perdiendo ese partido pero lo que quedará para siempre es como Odell se impulsó con el pie izquierdo, arqueó el cuerpo como los saltadores de altura y tensó hasta el último tendón del dedo medio de su mano derecha para capturar un balón que muchos no habrían llegado siquiera a tocar. Plasticidad llevada a la máxima expresión.

Los fans de la liga se volvieron locos con ese inusitado talento y por supuesto querían más. Desde ese momento, Odell Beckham Jr. se ha convertido en la obsesión de cualquier realizador en los calentamientos prepartido. Chaqueta de chándal, auriculares vistosos… y recepciones a una mano. Incluso por pasatiempo, y como uno de los actos dentro de la Pro Bowl, pulverizó el récord de recepciones a una mano. Era de 10, y entre él y Drew Brees lo elevaron a 33.

Pero retomemos las tres cifras del principio: 12 partidos; 91 recepciones; 1305 yardas. Eso es exactamente lo que te convierte en Pro Bowler en tu primer año, no las recepciones a una mano. Eso es lo que le importa a Tom Coughlin, no las “one handed catch”. Y eso es lo que te convierte el protagonista del próximo Madden, eso sí, con la foto de portada, cómo no, de una recepción a una mano.