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Los NY Mets deben mejorar si quieren jugar en octubre

Si hay algo que frustra especialmente a los aficionados de un equipo de la Major League Baseball es la inacción, la sensación de que los órganos directivos de un equipo no hacen nada, absolutamente nada respecto a mejorar las opciones de un equipo que cuenta con un plantel interesante que puede ser explosivo de cara a octubre, mes en el que puede pasar de todo.

Este es el caso con los New York Mets. Es verdad que se desconoce cuál es el impacto directo que sufre el club desde que el escándalo de Bernie Madoff afectara a los propietarios, la familia Wilpon, y convirtiera a un equipo que tiene como sede la Gran Manzana en uno más propio de un mercado medio.

La clave está en que los Mets fueron un conjunto que en 2008 y 2009 ocupaba el segundo puesto en el ranking de presupuestos. Sin embargo, luego llegó una época en la que los neoyorquinos eran una franquicia sobredimensionada y con mucha grasa alrededor de la cintura de ese presupuesto además de ofrecer un pobre producto sobre el campo.

Lo más curioso es que ese equipo fue uno de los más poderosos de la competición, ocupa actualmente el puesto número 21, subiendo una posición en cada una de las últimas campañas y con un total de 101 millones de dólares.

La época de vacas flacas le vino bien para rehacer la plantilla y reforzarse vía draft y traspasos, acumulando un grupo de lanzadores de enorme nivel como Matt Harvey, Jacob deGrom, Noah Syndergaard o Zack Wheeler. Pocos equipos pueden presumir de tener una rotación tan joven y tan talentosa como la de los metropolitanos.

Sin embargo, esa mejora sobre el montículo no ha tenido su equivalente en la parcela ofensiva. Distintos fichajes de agentes libres no terminaron de cuajar (¿a alguien le suena Jason Bay?) y la cantera no ha producido los activos necesarios en jugadores de posición.

La baja de su capitán, el tercera base David Wright, le ha pasado factura ya que se trata de la clase de jugador que hace mejores a todos los que le rodean y eso que Wright ya no es el gran jugador en su puesto. El otro día fue especialmente sangrante contra los Nationals con sólo un miembro, Curtis Granderson, que tenía un slugging superior al .400 y con demasiados jugadores con medias de bateo por debajo del .200. Así es casi imposible ganar encuentros y se desaprovechó una ocasión única de haberse acercado en la tabla.

De hecho, este ataque de los Mets es históricamente malo. La versión de 1962, un club que perdió 120 encuentros de 162 disputados, tenía un ataque incluso mejor (3.8 frente a 3.5 carreras por partido). Todo esto puede mejorar con la vuelta de Wright y de Travis D´Arnaud, previstas para agosto.

Lo que hay que evitar es que para entonces sea demasiado tarde aunque siguen a tiro de piedra del título de división y de la wild-card. Sería frustrante para todos ver como los Mets desaprovechan una oportunidad única ya que NUNCA sabes lo que puede ocurrir al año siguiente a pesar de contar con todo tu plantel al 100%.

Los Mets deben de buscar refuerzos para su turno de bateo. Sin ellos, quedará una sensación agridulce de lo que pudo ser y que, por inacción, nunca sabremos hasta donde podrían haber llegado si no se intenta.