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Previa de la temporada NFL-2015 Houston Texans

Una potencia emergente que es mucho más que J.J. Watt

¡Qué viene, que viene! el grito gamberro que todos hemos lanzado cuando estaba a punto de llegar el protagonista de la fiesta se puede hacer realidad en los Houston Texans, la franquicia más joven de la NFL, pero también un equipo que desde el primer día supo crearse una personalidad y un prestigio incluso en la derrota. Primero con Andre Johnson, más tarde con Arian Foster, y ahora con J.J. Watt, el mejor jugador defensivo de la NFL actual, siempre han tenido en la plantilla nombres que les han convertido en un equipo apetecible para el espectador.

Durante mucho tiempo su problema fue que con Gary Kubiak como entrenador principal parecían encasquillados. Una grandiosa plantilla libra por libra a la que le faltaba ese punto que convierte un equipo bueno a secas en auténtico aspirante. Y la sensación es que la llegada de Bill O’Brien como entrenador principal ha roto ese círculo vicioso y ha metido a Houston de lleno en el grupo de franquicias que aspiran a dominar la NFL en los próximos años tras el cambio generacional que se avecina.

Es cierto que solo ha pasado un año desde la llegada de O’Brien, que su récord 9-7 tiene un valor especial si tenemos en cuenta que el equipo venía de un 2-14 y que el año pasado tal vez nos quedamos un poquito con ganas de más, pero ese crecimiento que se palpa no es solo una sensación transmitida dentro del emparrillado, sino en todo lo que envuelve a la franquicia. En los últimos meses han firmado un draft para enmarcar, una agencia libre plagada de aciertos, una dinámica de trabajo moderna y atrevida, y la sensación de que O’Brien, como alumno adelantado, está consiguiendo imprimir en su equipo la filosofía exitosa que aprendió de Belichick en los Patriots.

Dicho lo anterior, no todo es tan bonito. Junto a grandes estrellas como J.J. Watt o Arian Foster, encontramos jugadores amortizados antes de tiempo como Brian Cushing, números uno del draft rotos desde el primer día como Jadeveon Clowney y un agujero negro en la posición de quarteback donde Ryan Mallet y Brian Hoyer, dos productos exportados por los Patriots como grandes promesas que no han alcanzado las expectativas ni de lejos, tienen su última oportunidad para hacerse un nombre en la NFL.

Quizá aun sea un poco pronto para este equipo, pero todos sus rivales sentirán un escalofrío en la espalda cuando miren el calendario y descubran que su próximo partido es contra los Houston Texans.

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Las tres claves del equipo por Pepe Rodríguez

1 La línea defensiva ha de ser la que de la nota predominante en los Texans. Para que así sea tendrá que contar con un Vince Wilfork que al menos se parezca al de New England, y con un Jadaveon Clowney que recuerde a la bestia parda de South Carolina y que no esté lastrado por las lesiones. Junto a ellos, Watt es un absoluto seguro de éxito que no les fallará.
2 Arian Foster tendrá una carga de trabajo notable debido a las dudas en la posición de quaterback y a la ausencia de profundidad del cuerpo de receptores, más allá de DeAndre Hopkins. Esto hace que la figura del corredor sea una de las grandes claves del equipo. Si Foster es capaz de asumir tanto balón, tanta carrera, los Texans tendrán opciones de postemporada.
3 La secundaria se ha reforzado de manera notable con dos fichajes en los puestos de safety y con la elección de Kevin Johnson en primera ronda del draft. Sumado a que ya había talento en Jonathan Joseph y en Kareem Jackson, el resultado no puede ser otro que el de una secundaria capaz de volver a ser lo que una vez fue. Houston puede ser una gran defensa.

Lo mejor

1 J.J. Watt. No hace falta añadir más. Es el mejor jugador defensivo de la liga.
2 Una renovada secundaria que tiene talento para ser especial.
3 La vuelta de Jadaveon Clowney, un talento que pinta a excepcional.

Lo peor

1 La posición de QB, con dos jornaleros como Hoyer y Mallet.
2 El vacío que se abre tras DeAndre Hopkins en el cuerpo de receptores.
3 Un grupo de linebackers con más nombre que nivel real de juego.