Ron Rivera lo tuvo muy claro desde que pisó el vestuario de los Panthers por primera vez en 2011. En una división de fuegos artificiales como la NFC Sur, el camino del éxito es hacer lo contrario que el resto y vivir de la defensa. Y la fórmula no le está yendo muy mal, que por primera vez en la historia de esa división, un equipo ha conseguido repetir titulo, y ese ha sido Carolina.
El problema es que el ataque vuelve a estar tan cogido por los pelos como en los últimos años. Jonathan Stewart por fin jugó durante el último mes de diciembre como el corredor estelar que llevábamos años esperando, pero nada asegura que consiga mantenerse sano mucho tiempo, y además ya no tendrá a su lado a DeAngelo Williams, su pareja inseparable. Kelvin Benjamin, su receptor del futuro, llegó a los entrenamientos de junio tan gordo que debió seguir un plan especial. Un año ha sido suficiente para poner en cuestión su compromiso. Menos mal que ahí estará Greg Olsen, como siempre, sin que nadie parezca darse cuenta de su talento inabarcable.
Por suerte, siempre les quedará Kuechly al mando de una defensa que sin dejar de estar en la élite, aún no se ha recuperado de la pérdida de Hardy, empeñado en destruir su vida y la de los que le rodean. Pero deberán andarse con ojo, porque su secundaria el año pasado ya fue fuente de disgustos.
Ron Rivera lo tiene claro y seguirá viviendo de su defensa, pero como Cam Newton le falle, quizá sigan reinando en el sur más profundo, pero no dejarán de ser un simple chollo en enero sin una pizca de pegada.