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Previa de la temporada NFL-2015 Tennessee Titans

Volver al mundo de los vivos de la mano de Mariota

Para entender el problema de los Titans, basta con hacerse una sencilla pregunta: ¿Cuánto hace que no veo completo un partido de este equipo? La respuesta de la mayoría será muy similar: “no me acuerdo”. Por supuesto que en este caso no cuenta lo que puedan decir sus propios seguidores, que aguantan el chaparrón estoicamente desde hace años, aunque sospecho que algunos empiezan a usar el botón de zapping con demasiada soltura los domingos por la tarde. 

Los récords del equipo ni siquiera han sido horribles salvo en la pasada temporada, cuando acabaron con un escabroso 2-14. Antes de la bajada a los infiernos hubo un largo peregrinaje por el purgatorio de la indiferencia. Más de una década desde que Steve McNair y Eddie George dejaron de ser los abanderados de un equipo que se había ganado su prestigio a base de carácter. Desde entonces se abonaron a la transparencia más absoluta, un estar sin estar del que sólo despertaron para que Jeff Fisher y Vince Young acabaran a tortas, mientras el resto del mundo contemplaba estupefacto una pelea barriobajera que terminó con los dos cerrando la puerta por fuera. 

Así que da la impresión de que la elección de Mariota y Green Beckham en el draft, o el fichaje de Orakpo y Perrish Cox en la agencia libre, tienen un objetivo mucho más importante que convertirles en un equipo ganador, o iniciar una reconstrucción que les vuelva a llevar a la batalla por el anillo. Los Titans buscan, por encima de cualquier otro objetivo, dejar de ser transparentes. Volver a situarse en el mapa, que un aficionado al menos se pueda plantear un domingo por la tarde enchufarles un ratito para ver por curiosidad cómo juegan. 

Para hacerse una idea de lo que puede deparar el futuro sólo hay que recordar la cara de Mariota cuando escuchó en televisión que había sido elegido por ellos con el segundo pick global del draft. Fue un gesto resignado de tristeza. Un “De algo hay que morir”, “¡Oh, no, Whisenhunt no!”, “¿Qué se sentirá al ser transparente?” y “¿Dónde está Tennessee?” todo junto y revuelto en un instante fatal. Y todos los que vivíamos en directo la elección colegial sentimos lástima por un chaval que fue elegido por su tirón mediático y talento, pero que difícilmente podrá desarrollar su potencial en un equipo plagado de interrogantes y que lo quiere convertir en salvavidas o en víctima propiciatoria en el altar de los sacrificios. 

Porque el problema más importante de los Titans no es si son buenos o malos. Es si serán capaces de volver al mundo de los vivos.

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Las tres claves del equipo por Pepe Rodríguez

1 La protección absoluta y total de ese activo que es Marcus Mariota. Esta guía habla sobre la temporada 2015, pero en Tennessee el objetivo no puede ser otro que mantener a su recien estrenado QB franquicia alejado del ajetreo del día y a día y de los lunes de resultados adversos. Paciencia, protección, cuidadoso mimo y nada de calenturas de cabeza con Mariota.

2 Los fichajes en defensa tendrán que aportar empaque a un grupo que lo necesita de veras. Es probable que hayan tenido que pagar de más por varios de ellos, pero era necesario que aportasen algo de talento a una unidad paupérrima en ese aspecto. Con Searcy, Orakpo o Cox no es que se pase a ser élite pero está claro que se tiene otra cara diferente.

3 El desarrollo del talento en las posiciones de habilidad será otra de las claves del año. Bishop Sankey o Kendall Wright, así como Justin Hunter, merecen algo de paciencia pero es que, además, se les ha sumado Dorial Green-Beckham. La sensación es que ahí existe mucho, pero mucho, talento, que ya se verá para que lado derrota. De nuevo: año de paciencia.

Lo mejor

1 La juventud y potencial de puestos claves en el ataque.
2 No habrá que hablar de QBs en el próximo draft para Tennessee.
3 Un pass rush que con Casey, Morgan y Orakpo puede ser importante.

Lo peor

1 Todo es potencial, pero la verdadera élite no se atisba.
2 La secundaria está descompensada, algo que lastra incluso a McCourty.
3 Pedir paciencia en la NFL a día de hoy es una quimera.