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Jaxson De Ville deja huérfanos a los aficionados de los Jaguars

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Los Jacksonville Jaguars jugaron el año pasado su vigésima temporada en la NFL. Irrumpieron con fuerza y de la mano de Tom Coughlin, llamado después a mayores metas, amenazaron con plantarse en una SuperBowl en su primer lustro de vida. Desde entonces, su historia es más bien la de un equipo mediocre, con serios problemas para llenar la grada y pasto habitual de incesantes rumores de mudanza. No en vano es el favorito de las casas de apuestas para acabar siendo inquilino permanente de Wembley, en Londres, a no muy largo plazo.

Más allá de sus fulgurantes primeros años, en resumen, Jacksonville no ha sido más que la sucesión de constantes proyectos más o menos fallidos (Jack del Rio amagó pero nunca llegó a dar) y de muchas decepciones para una afición que, en realidad, casi nunca estuvo ahí. Ya en 1994, cuando la NFL debía decidir a qué ciudades iban a ir las dos nuevas franquicias, todo el mundo se sorprendió de que Jacksonville fuera elegida por delante de Baltimore y St. Louis.

Jacksonville era una gran ciudad para el fútbol universitario, pero había muchas dudas sobre su viabilidad como mercado para la liga profesional. La designación de Jacksonville creó un terremoto de enorme magnitud que se tradujo en dos nuevas mudanzas… pero esa historia es para otro día.

Quizá fuera precisamente la necesidad de hacer ruido como fuera, pero lo cierto es que si hay un signo distintivo de los Jacksonville Jaguars en la liga, algo en lo que han ido siempre dos pasos por delante de las demás franquicias, ese es… su mascota (y en cierto modo esto es en sí mismo muy triste). Jaxson De Ville, un gato de peluche enorme con cara de buena gente y alma de macarra.

Fue la primera mascota en tener cuenta de twitter, y frecuentemente la usó para meterse en peleas virtuales con algunos de los periodistas más famosos del entorno de la NFL. Eran habituales sus apuestas con otras mascotas, que generalmente perdía (dicen las malas lenguas que a propósito) para así luego pagar sus “deudas” y chupar cámara. Es famoso su bailecito tras perder una de esas apuestas con la mascota de los Colts.

Y hace apenas dos meses le vimos tirando a la piscina a un aficionado de los Jaguars que cantó la elección de cuarta ronda del equipo. (https://twitter.com/xmasape/status/594538830750994432). También hizo su particular versión del puenting desde las torres de iluminación del estadio de los Jaguars.

Se pasó un partido completo contra los Colts metido en una jaula en la banda después de que Bill Polian, ex general manager de los de Indianapolis, se quejara porque consideraba sus bromas de mal gusto.

Y es probablemente la única mascota de la liga que ha conseguido crear, ella solita y sin ayuda de nadie más, una rivalidad de las de máximo riesgo con otra franquicia de la liga: los Pittsburgh Steelers. Allá por 1999, con los Jaguars todavía lactantes, a Jaxson no se le ocurrió otra que acercarse al huddle del ataque de los acereros con un muñeco al que disfrazo de Kordell Stewart, entonces el quarterback de los de Pittsburgh. Una vez allí, y a dos pasos de la línea de ataque al completo, procedió a darle una paliza de muerte al muñeco.

Dan Rooney, propietario de los Steelers y uno de los hombres más respetados (y poderosos) de la liga dijo entonces que era una suerte que algunos de los famosos miembros de la Steel Curtain de los 70 estuvieran ya retirados, porque habría tenido que gastar mucho dinero en sus fianzas para sacarlos de la cárcel después de aquello. La liga se vio obligada a actuar e impuso nuevas normas a las mascotas de los equipos: no podrían entrar ni en el campo ni en el área técnica, ni mucho menos acercarse a los equipos rivales. Jaxson había entrado en una selecta élite: la de aquellos que por sí solos habían forzado a la liga a modificar sus reglas.

Si alguien piensa que Jaxson paró ahí, ni mucho menos. A mitad de la pasada temporada, De Ville salió al campo en un partido contra los Steelers portando una de sus famosas terrible towels y con un cartel que rezaba que “las toallas contagian el ébola”. (http://www.chicagotribune.com/sports/chi-jaguars-apologize-for-ebola-sign-20141006-story.html) La franquicia tuvo que salir al paso de las críticas y disculparse en nombre de su mascota.

Con todos sus errores, los (escasos) aficionados de los Jaguars adoraban a Jaxson. Quizá porque durante años fue la única diversión de la que disfrutaban al acudir al estadio. Pero eso se ha acabado: Curtis Dvorak, el hombre debajo de la máscara, se jubila después de 20 años. Y la sospecha en Jacksonville es que la franquicia muy probablemente aprovechará la circunstancia para jubilar también a un personaje, Jaxson, que le ha generado pocos amigos dentro de la NFL.