Manti Te'o intenta recuperar relevancia dentro del campo
2012 fué un año estratosférico para Manti Te'o. Era el alma y líder del equipo número #1 de la nación, contaba con el cariño de todo un país que vivía sobrecogido por su historia personal, sus semanas previas a la disputa del campeonato nacional consistían en ganar un galardón tras otro (que le hicieron ser nada más y nada menos que el jugador defensivo más condecorado de la historia de la NCAA) y hasta Mel Kiper se atrevió a proyectarle como .. ¡número 1 del draft!
2013 no empezó tan bien. Notre Dame fué humillada por Alabama y la actuación personal de Manti Te'o fué realmente mala, de esas que hacen que abras los ojos y te plantees las cosas dos veces. Esto no iba a ser nada en comparación con la que se le venía encima después de descubrirse que su novia fallecida nunca existió. Al mismo tiempo que salía a la luz esta información, en EEUU vivían consternados por el escándalo de dopaje que involucraba al "ex-héroe" Lance Armstrong y esperaban con mucha expectación su entrevista con Oprah. El huracán que desató el escándalo Te'o fué de tal calibre que hizo que lo de Armstrong quedara en un segundísimo plano casi de un plumazo. Durante esos días, no se hablaba de otra cosa que no fuera Te'o y su novia virtual, la que nunca existió.
En este punto acabó el football y empezó el circo. La combine no fué más que otro desastre para Manti Te'o. Corrió las 40 yardas en 4.82 y tampoco estuvo bien en los drills posicionales. Su stock de cara al draft seguía cayendo en picado. Todo en 2012 fué demasiado bonito para ser verdad. Llegaba el draft y con ello el mejor momento de 2013 después de pasar unos meses realmente difíciles. Si bien se cayó de la primera ronda, no tardó en ser elegido en segunda ronda de la mano de los Chargers.
Su carrera profesional no ha empezado de la mejor manera, se ha fracturado el pié en tres ocasiones, lo cual le ha provocado perderse ambas pretemporadas y nueve partidos. En el campo no ha estado mal, pero tampoco ha sido especialmente brillante. Como rookie, fué utilizado como linebacker de dos downs. Como sophomore, ha sido utilizado en terceros downs como nickel formando pareja con Gachkar y como único LB interior en dime. Su mejor momento tal vez ha llegado en sus dos últimos partidos de temporada regular, en los cuales ha disputado el 100% de los snaps, el único de la defensa Charger junto a Eric Weddle.
El mejor football de Manti Te'o viene cuando es capaz de leer keys y anticiparse así al ataque rival, tiene la capacidad de bajar al backfield y poder hacer jugadas por detrás de la línea de scrimmage. Su inteligencia es su principal aliada ante el pase, ya que sabe leer los ojos del Quarterback y a la vez tener localizado a su par o lo que transcurre por su zona. No es un jugador con habilidad natural para defender el pase, pues no tiene la velocidad de recuperación para poder seguir paso a paso a su marca si pierde unos metros, pero aún así su rendimiento a la hora de defender el pase es su principal haber como profesional. Su mayor debe, su irregular rendimiento ante la carrera. Da la sensación de ser realmente pequeño y endeble cuando un OL ya no solo le pone las manos encima, si no que simplemente con un simple contacto es capaz de perder el equilibrio y quedarse fuera de la jugada. Algo que no deja de ser paradójico ya que en sus inicios parecía que sería un excelente Linebacker de dos downs y que sus principales problemas estaban en el pase.
Dicen que después de la tempestad llega la calma, y así ha sido para Te'o. Después de vivir un infierno en el proceso pre-draft (un infierno en parte debido a una historia que él se encargó de retroalimentar y ensalzar, e incluso mentir), ya nadie se acuerda de él. No obstante, Te'o afronta un año clave en San Diego: el del ser o no ser. Lo mostrado hasta ahora no es suficiente, hace falta más. Con Butler queriendo volver de un mal año y no perder su dinero, un Conner reclamando la titularidad y un Perryman que promete espectáculo, la pelea por adueñarse con un puesto de ILB titular en San Diego y con un rol a tiempo completo es sencillamente apasionante.