AFC Oeste desde dentro
Malcolm Smith, un expediente X que aterriza en Oakland
La historia de quien no recibió una invitación para la combine, padece una enfermedad rara y acabó siendo MVP de una Super Bowl.
Malcolm Smith siempre ha vivido en la sombra. Fué suplente en USC y no se hizo con la titularidad hasta que llegaron las lesiones. No fué invitado a la combine. Fué elegido en un pick compensatorio de la 7ª ronda del draft. En Seattle, tampoco se hizo con la titularidad hasta la lesión de Bobby Wagner y acabó volviendo a su rol de "cuarto linebacker" cuando no había lesionados (o suspendidos en el caso de Irvin). Es la descripción del eterno y clásico jornalero que habita en la NFL, el jugador que primeramente es feliz por conseguir hacerse un hueco entre los 53 finales y después está satisfecho con su rol de jugador importante en equipos especiales y reserva en caso de lesión.
Como en las películas de Hollywood, la vida misma siempre tiene esos momentos donde el eterno desapercibido acaba vistiéndose de héroe. Lo vivimos con David Tyree en su día y en 2014 con nuestro protagonista, Malcolm Smith, que fué elegido MVP de la Super Bowl después de retornar para Touchdown una intercepción en el segundo cuarto y recuperar también un Fumble en el último cuarto. Además venía de interceptar cuatro balones en los últimos cinco partidos disputados, uno de ellos el famoso pase desviado por Richard Sherman en la final de la NFC ante San Francisco. El chico que un día no recibió una mísera invitación para la combine, acababa siendo el mejor jugador de un partido que se vio en 111 millones de televisores solo en Estados Unidos.
La pregunta es fácil: ¿Es Malcolm Smith un jugador de gran nivel o ese MVP fué flor de un día?. Smith no tiene nada interesante a simple vista; físicamente pequeño y con brazos cortos, no es especialmente rápido/ágil en el campo (sí corriendo las 40) y es facilmente dominable en el punto de ataque. Su mejor habilidad es la de anticiparse a las jugadas y estar siempre alrededor del balón, teniendo esa habilidad (para muchos suerte) de encontrarse el balón en sus manos cada vez que hay un balón desviado o hay un fumble a recuperar. Pete Caroll le describía así:
Traducido: Jugador de tres downs. Los partidos ante Carolina y Arizona en esa misma temporada muestran un jugador realmente serio en todas las facetas, estaba presente en todas las jugadas. Es realmente bueno a la hora de cubrir terreno ante el pase gracias a que ya ha dado dos-tres pasos antes de que el balón haya salido de las manos del Quarterback.
No obstante, 2014 no ha sido su año, más bien ha sido un año de pura supervivencia en un roster de 53 y en el que ha sido lo que se suponía que sería a su llegada a la NFL, un jugador de relleno. Durante la primavera, Malcolm Smith fichó por los Oakland Raiders, en donde podrá demostrar si bien es el jugador que fué MVP en una SB tras unos extraordinarios Play Offs o si bien es el jornalero que se supone que siempre debió ser.
En Oakland se encontrará con un papel similar al de Seattle ya que, en teoría, Sio Moore tiene atado el lado débil entre los Linebackers. No obstante, el nuevo DC, Ken Norton Jr, sabe que se trae entre manos: lo reclutó para USC, fué su entrenador posicional durante toda su carrera en USC, lo reclutó para Seattle y fué su entrenador posicional durante su etapa en Seattle. Vamos, que Smith no ha conocido entrenador posicional que no sea Norton, que ahora será su defensive coordinator.
En 2009, fué diagnosticado con Achalasia, una enfermedad del esófago que dificulta la deglución, una enfermedad que padece una persona entre 100,000. Fué MVP de una Super Bowl cuando no era más que carne de practice squad. Estamos ante un underdog que siempre acaba imponiéndose ante las adversidades. ¿Qué será lo próximo? ¿Los Raiders en Play Offs este mismo año sorprendiendo al mundo? Torres más altas han caído...