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Cuando se vacía el emparrillado es la hora de los despachos

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Con los “mandatory minicamps”, esta semana terminan las pachangas preparatorias de los equipos de la AFC Norte. Técnicos y jugadores no volverán a juntarse hasta finales de Julio, para disfrutar así de unas vacaciones, en algunos casos, incluso merecidas. Sin embargo, no todos los componentes de las franquicias podrán abandonar tan alegremente sus quehaceres. Puede parecer que tras la agencia libre y el draft, los managers generales ya han concluido su misión, pero no es así. La plantilla de 2015 ya está perfilada, y quizá sólo necesite algún pequeño ajuste si surge la oportunidad de conseguir a buen precio algún chollo cortado por otro equipo. Pero en una liga tan competitiva y sujeta a restricciones por el salary cap, nunca se descansa, y éste es el momento ideal para tratar de configurar las bases de futuro de cada club, negociando renovaciones o reestructuraciones de contrato. 

Es la hora de que los General Managers demuestren lo que valen, y peleen con los agentes por ganar la posición como un WR lo haría con un CB. Nadie aplaudirá sus filigranas por no pasarse del tope salarial igual que un RB intenta no salirse del campo en una carrera pegado a la cal. Las cheerleaders no corearán sus hazañas, ni los aficionados vestirán camisetas con sus nombres. No habrá ningún coro de niños pidiéndoles autógrafos, y al final del día, ni siquiera estará esperándoles la guapa Jennifer Garner, como a Kevin Costner en Draft Day. Pero aunque sus highlights no tengan visitas millonarias en youtube, de ellos depende en gran medida el éxito que tenga el club en el terreno de juego cuando el oval empiece a volar. 

Por supuesto, los movimientos que puedan hacer dependerán del dinero que quede, o se prevé que vaya a quedar, en la caja, y aquí los Baltimore Ravens están bastante limitados. Difícilmente podrá el gran Ozzie Newsome hacer su magia en los próximos meses, pero deberían empezar a estudiar cómo cuadrar el presupuesto de 2016, en el que el impacto salarial del contrato de Flacco se irá a unos inasumibles 28 millones. La dependencia de la franquicia córvida de “Joe Cool” es total, y no sería mal negocio rascarse un poco más el bolsillo ya esta misma temporada para aliviar el golpe que se espera para la siguiente. Porque además, ésta no es la única renovación importante. Terminan contrato los guards Yanda y Osemele, dos de los mejores de la liga, y será muy complicado retener a ambos. ¿Quién será el elegido? Por edad, debería ser el nigeriano, pero resultaría difícil entender que se desprendan de Yanda, para mí, el mejor OG de la NFL, que con 30 años tampoco es demasiado mayor para la posición. 

En los Browns, el culebrón de puertas hacia afuera es Manziel, pero de puertas para adentro es Tashaun Gipson. El safety ha firmado a regañadientes el tender como agente libre restringido porque quiere un contrato de larga duración. Siendo uno de los jóvenes de mayor proyección en el puesto, harían bien en atarle. Tampoco perdamos de vista la situación del center Alex Mack. Por querer ahorrarse unos dólares, el año pasado sólo le ofrecieron la etiqueta de jugador en transición, y podría irse al acabar la temporada si le aparece una buena oferta (que seguro, la tendrá). Ya pueden espabilar, porque el General Manager Ray Farmer estará sancionado las primeras 4 jornadas de liga… y no podrá ni mandar mensajes de texto para desahogarse. 

Los Bengals no tienen Manager General. “Papá Brown” lo hacía todo y Mike no quiere ser menos que su legendario progenitor. Pero la edad no perdona, y como ya ha sufrido algún achaque, ha delegado en manos de su hija Katherine (todo queda en casa) la dirección económica, y la deportiva en Marvin Lewis, renovado (¡cómo no!) otro año más. En la NFL actual ya no podemos hablar de dinastías, sino más bien de “ventanas de oportunidad”. La de Cincinnati puede estar más cerca de cerrarse de lo que se podría pensar. En 2016 serán agentes libres sin restricción 22 jugadores de la plantilla actual. Una diáspora que será difícil de contener y habrá que seleccionar con buen tino a quien se deja marchar y a quién se intenta retener. El primero de la lista es sin duda A.J. Green, pero visto el precedente con Dez Bryant y Demaryius Thomas, es muy probable que reciba la etiqueta de “jugador franquicia”, a priori más rentable para el club. Pero hay otros puntales del equipo que tampoco deben dejar escapar: el OT Whitworth, los SFs Iloka y Nelson, los WRs Sanu y Marvin Jones... El veranito se presenta caliente en las oficinas de la franquicia del sur de Ohio. 

Kevin Colbert es GM de los Steelers desde 2000. Criticado por sus aficionados por unos drafts no muy afortunados y sobrecargar el presupuesto con excesivo “dinero muerto” como consecuencia de discutibles renovaciones, no es menos cierto que ha sabido transmitir la filosofía del propietario Rooney desde los tiempos de Cowher hasta Tomlin. Después de asegurar a Roethlisberger para los próximos 5 años, su reto más inmediato será negociar una extensión de contrato al DE Cameron Heyward. Pero su mayor desafío será atender las demandas de mejora salarial de Antonio Brown. Su revolver lleva ya las muescas de otros WRs como Plaxico Burress, Santonio Holmes o Mike Walllace, así que no le va a temblar el pulso aunque tenga que volver a quedar como el malo de la película. Cuando los General Managers aceptaron este destino, ya sabían qué papel les tocaría desempeñar.