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Todd Gurley continúa la dinastía de RBs de los Rams

Normalmente cuando nos referimos al termino “dinastía” en la NFL rememoramos los grandes equipos que dominaron la competición durante un prolongado espacio de tiempo. Saltan de inmediato los nombres de Vince Lombardi y sus Green Bay Packers, los Pittsburgh Steelers de la “Cortina de Acero”, los 49ers de Bill Walsh y Joe Montana y más recientemente ya los casos de Dallas Cowboys en los 90 y New England Patriots en la actualidad.

Pero a veces también aparece la palabra “dinastía” cuando pensamos a nivel histórico en una posición concreta, ya sea de ataque o de defensa, que ha sido especialmente fructífera en una franquicia. Es el caso del middle linebacker en los Chicago Bears, un puesto en el que se han ido sucediendo hall of famers uno detrás de otro: Bill George, Dick Butkus, Mike Singletary y puede que con el tiempo Brian Urlacher. Los 49ers han tenido un éxito similar pero con la posición de quarterback. Ya desde la fundación de la franquicia con Frankie Albert, pasando por Y.A. Tittle, John Brodie y por supuesto los conocidos por todos, Joe Montana y Steve Young, el equipo dorado lo ha sido siempre empezando por el QB.

Así llegamos al conjunto que centra nuestra atención hoy, los St. Louis Rams. No hay otro equipo que durante los últimos cuarenta años haya tenido una línea de sucesión tan exitosa en el puesto de runningback. El novato Todd Gurley, elegido en la primera ronda del draft del pasado mes de mayo, está llamado a ser el heredero de una dinastía que vamos a repasar a continuación.

Nos remontamos a la década de los setenta cuando los Rams jugaban en Los Ángeles y hablamos de un jugador poco conocido pero que tuvo un gran impacto en la franquicia. Lawrence McCutcheon lideró al equipo en yardas de carrera cinco años seguidos (1973-1977), siendo elegido además para la Pro Bowl en cada una de esas temporadas. Fueron muy buenos tiempos para el conjunto californiano que año tras año luchó por alcanzar la Super Bowl. En 1975 estableció el récord –en su momento- de yardas de carrera en un partido de playoffs (202) e incluso llegó a lanzar un pase de touchdown en una jugada de engaño en la Super Bowl XIV ante los Steelers.

A McCutcheon se encargó de jubilarlo Wendell Tyler, otro runningback que quizás al aficionado de hoy no le suene pese a ser clave en dos equipos diferentes que llegaron a la Super Bowl. Tyler era un jugador muy elegante en su juego, con gran capacidad para el “big-play” y buen receptor fuera del backfield. Su talón de Aquiles eran los fumbles. Con Tyler de corredor principal los Rams llegaron a la Super Bowl XIV y tras ser enviado a San Francisco hizo lo propio con los niners en la Super Bowl XIX.

El traspaso al gran rival californiano tuvo un motivo principal llamado Eric Dickerson. Seleccionado en el nº 2 absoluto del famoso draft del 83, el potente runningback entró en la NFL como un huracán, barriendo el libro de los récords en sus dos primeros años. Como novato lideró la liga con 1808 yardas y al año siguiente estableció una plusmarca a la que nadie aún ha llegado, 2105 yardas. Sólo estuvo cuatro temporadas completas en los Rams, pero fue All-Pro en tres de ellas y en la que no lo consiguió dejó para la historia un partido de 248 yardas en los playoffs ante Dallas (récord que también sigue vigente hoy día).

Dickerson abandonó Los Angeles mediada la campaña de 1987 tras una amarga disputa contractual. Pocos años después la franquicia encontró un sustituto de categoría en Jerome Bettis. El autobús (al igual que Gurley nº 10 de su draft) también fue All-Pro como novato en 1993, pero la franquicia, inmersa en una larga travesía del desierto a nivel deportivo, con movimiento incluido a St. Louis, dejó de creer en él tan solo tres años más tarde. Pusieron todas sus esperanzas en Lawrence Phillips,pero por una vez el runningback resultó una posición maldita para ellos. Phillips supuso un fracaso absoluto en el campo pero mucho más incluso fuera del mismo y abandonó el equipo a finales de su segunda campaña.

No obstante, poco duró el vacío en la dinastía. El fichaje de Marshall Faulk fue uno de los varios que en 1999 hizo revitalizar la franquicia hasta cotas insospechadas. Unos Rams protagonistas de una década perdedora como nunca se había visto acabaron ganando la Super Bowl de forma totalmente sorprendente. Faulk fue el jugador más temido de la liga durante su periplo en St. Louis. Tres temporadas seguidas (1999-2001) fue elegido jugador ofensivo del año y en la campaña de 2000 se hizo con el MVP.

Cuando los neumáticos de Faulk comenzaron a gastarse los Rams seleccionaron un recambio que volvió a darles grandes dividendos. Steven Jackson fue el gran bastión de un equipo que por desgracia dejó de tener brillo. Durante ocho años consecutivos Jackson lideró al conjunto en yardas de carrera, superando siempre la barrera de las 1000 yardas.

Tras un par de campañas de transición llega la hora de Todd Gurley. En college maravilló el tiempo que estuvo en el campo en Clemson. Su potencia combinada con agilidad recuerda a Adrian Peterson y en algunas acciones puntuales también tiene un “puntito bestia” tipo Marshawn Lynch. Por desgracia, una lesión de rodilla le ralentizará un poco este año, pero en St. Louis (y probablemente en Los Angeles) esperan que mantenga muy viva la llama de los grandes corredores en la historia de la franquicia.