Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

NFC NORTE DE DESDE DENTRO

El ‘Lambeau Leap’, un patrimonio de los Packers

No existe touchdown en Green Bay sin tirarse a los brazos de la grada de Lambeau Field. Conozca la historia de la celebración favorita de los jugadores y fans queseros.

Randall Coob hace el Lambeau Leap tras marcar un touchdown.
Mike McGinnisGetty Images

Green Bay Packers es una franquicia fuera de lo normal. Desde que fue creada por Curly Lambeau y George Calhoun en 1919 hasta nuestros días, al equipo le envuelve una mística y unas tradiciones que los hacen únicos. Una de las tradiciones más sólidas y más deseadas por los seguidores queseros es el llamado Lambeau Leap.

Todos habréis visto como muchos jugadores de la franquicia de Wisconsin tienen una peculiar forma de celebrar la consecución de un touchdown. En cuanto atrapan el balón en la zona de anotación, o cuando son capaces de atravesar la línea que delimita esta zona en jugadas por tierra, el jugador que lo ha conseguido se aproxima al fondo de esa parte del campo y se abalanza hacia los seguidores que le esperan para fundirse en abrazos con él. En ese momento, la tradición del Lambeau Leap hace rugir el estadio.

Pero, ¿cómo empezó todo? El Lambeau Leap no es una de las tradiciones más antiguas de la franquicia, pero si una de las más queridas. En 1993, después del día de Navidad, fue cuando la leyenda coge forma. Con un record de 8-6, los Packers estaban buscando un puesto en los playoffs por primera vez desde la temporada de 1972, y estaban en una buena situación para ello. En una jornada gélida, como no podía ser de otra manera cuando de Green Bay se trata, el partido frente a Los Ángeles Raiders iba muy bien encaminado con un marcador favorable de 14-0. En un ataque del equipo visitante, Reggie White forzó un fumble y el balón fue recogido por Leroy Butler. Éste se fue directo hacia la endzone y anotó un touchdown de 25 yardas. Cuando llegó a la zona de anotación, Butler tuvo un pensamiento espontáneo: saltó a la multitud que abarrotaba uno de los fondos, y se abrazó con ellos para celebrarlo. El marcador de ese partido terminaría con un 28-0 a favor de los locales, pero no fue lo que quedó en la memoria de todos. Sin tener consciencia de ello, Butler había sido el creador de algo que perdurará para siempre.

Desde entonces, el Lambeau Leap se ha convertido en un elemento básico de los partidos en casa para los Green Bay Packers. Receptores como Robert Brooks o Antonio Freeman ayudaron a popularizar la celebración. El Lambeau Leap está lleno de anécdotas que guardan los propios jugadores como algo especial. Por ejemplo, al propio Freeman le gustaba contar una historia acerca de cómo al saltar derramó la cerveza de una mujer que esperaba al WR con los brazos para celebrar el touchdown. Éste, al ver la cara de decepción de la mujer, se comprometió a comprarle otra. Cuando salió a la calle después del partido, allí estaba ella, empapada y sedienta. Él cumplió su promesa y le compró una bebida para saldar su deuda.

Otro que, indudablemente, no podía faltar a la tradición fue Brett Favre. El legendario quarterback no llevó a cabo un Lambeau Leap hasta 2006, su decimoquinto año con el equipo (sólo había anotado cuatro touchdowns por tierra en casa antes de esa fecha.) "Yo debería haber buscado un lugar más bajo", dijo Favre después del salto. Esta fue la primera y última vez que lo intentara. "No soy un experto en este tipo de cosas" dijo tras ese partido.

La máxima estrella de hoy en día en el estado de Wisconsin, Aaron Rodgers, no esperó tanto tiempo para ser parte de esta tradición. El actual QB de los Green Bay Packers habló de cuánto tiempo llevaba esperando para hacer el Leap. Había esperado tres años para poder subirse al muro con sus aficionados, y cuando por fin tuvo la oportunidad de ser titular en el equipo, no tuvo que dejar pasar mucho más tiempo. Rodgers anotó un touchdown sneak en la victoria de del equipo en su primer partido como titular y lo primero que hizo fue correr hacia las gradas. Para Rodgers “es especial la conexión que se crea con nuestros aficionados, y sé que los que se sitúan en estos fondos, están deseando que subamos a celebrarlo con ellos.”

En la actualidad, es muy común ver a los Lacy, Nelson, Cobb, Adams o al propio Rodgers subirse a los muros del fondo para unirse a los fans queseros en cada anotación que el equipo consigue. En Agosto de 2014, los Green Bay Packers rendieron tributo a esta tradición con una estatua de bronce en los aledaños del Lambeau Field, no muy lejos de donde están las estatuas de las dos más grandes leyendas queseras: Curly Lambeau y Vince Lombardi. A la inauguración de dicha estatua no podía faltar su creador, el muy querido Leroy Butler. Años después de su retirada, y como no podía ser de otra manera, Butler relataba en su autobiografía lo que sucedió aquel 26 de Diciembre de 1993: "Los señalé, y los aficionados sabían lo que tenían que hacer. Cuando estaba arriba, un hombre comenzó a tirar de mí mientras el resto me gritaba "buen trabajo" o "ha sido impresionante". Solo duró un par de segundos, bajé bastante rápido, pero fue inolvidable."

Este salto lo podréis ver en otros muchos estadios de la liga, pero cuando lo hagáis, recordad de donde procede, y cual fue el equipo que lo puso en marcha hasta el punto de convertirlo en una tradición que se ha vuelto tan importante como para dejar constancia de ella moldeándola en cobre.