Carro dominó los obstáculos en una tarde con poca magia

No hubo mínimas mundialistas en el Meeting de Huelva, donde sopló el viento y hubo “menos magia” para los atletas españoles que en otras ocasiones. Lo más destacado fue la victoria de Fernando Carro en 3.000 metros obstáculos en una carrera en la que dio la cara desde el primer metro. El de Canillejas terminó como empezó: primero, pero con 8:28.74 una marca personal por siete segundos, que le dejó a las puertas de su primer Mundial en Pekín. El billete se pagaba a 8:28.00. “Estoy muy contento porque gané a la mayoría de especialistas nacionales, pero se queda el sabor agridulce de no hacer un tiempo mejor. Pero soy cabezón y seguiré intentándolo”, decía Fernando, que batió a Merzougui (8:28.75) y Sebas Martos (8:33.10).

“Hoy pasaba algo en la pista, no era tan mágica como otras veces. Será por el clima o algo. Pero todo era más complicado”, resumía Carro sobre la cita del Estadio Iberoamericano. Porque, por ejemplo, en el 1.500, donde estaban todos los gallos españoles a duras penas se bajó de 3:40.00 (la mínima era 3:36.20). Ganó el qatarí Al Garni (3:36.99) con la equipación del Barça (perdió la suya en el aeropuerto) y le siguió Adel Mechaal, el mejor español del día (3:39.33). Álvaro Rodríguez fue cuarto, ya con 3:40.92. "Ha sido un pequeño desastre. Entre que el día no acompañaba, las liebres tampoco, nos hemos incordiado...", decía Rodríguez, en Twitter.  El resto de milleros se fueron por encima de 3:43 (Jesús España, Bustos, Alcalá, Alonso, Casado, Diego Ruiz, Corrales…) o no acabaron (Olmedo, Kevin López, Imedio…). Mejor lo hizo Carlos Mayo en la serie B con 3:41.47 y mínima europea Sub-23. Tampoco la carrera femenina deparó muchas alegrías. Solange Pereira fue segunda con 4:14.71.

Y un punto de ilusión. Además de la de Carro, hubo otras victorias españolas como la de Úrsula Ruiz en peso (17.04), la de July Takacs en 3 km marcha (allí la lepera Laura García-Caro hizo 12:28, récord de España Sub-23) y la de Sergio Fernández en 400 vallas (50.37). Pero en general, en Huelva faltó magia. Lo bueno… aún queda mucha temporada por delante.