Jim Tomsula, el dueño del taller de los San Francisco 49ers
De entre todos los grupos de entrenadores que se estrenan este año en la NFL pocos son tan predecibles y, a la vez, intrigantes como el de los San Francisco 49ers. Tras el turbulento final de la era Jim Harbaugh toda una serie de señales indican que la gerencia decidió cambiarlo todo para no cambiar casi nada.
La primera sorpresa vino del hecho de que un equipo con el de San Francisco cerrase filas entorno al talento interior y buscase en su propia casa para encontrar a su entrenador jefe. Jim Tomsula, tipo sin carisma ni imagen, convenció a sus jefes para encontrar la oportunidad de su vida.
Que no tenga carisma ni imagen es algo sin ninguna importancia. Lo señalo sólo como ejemplo de que Trent Baalke, general manager de los Niners, ha tenido las ideas muy claras desde el principio del proceso y no se ha apartado de las mismas. Porque Tomsula, con su pinta de dueño de un taller de coches de California, es alguien muy querido entre los jugadores.
Hay quien afirma, no obstante, que la elección tuvo que ver más con la que gente que dio la negativa a entrenar a San Francisco que de una decisión meditada. Supongo que habrá un poco de todo, pero cuando el resto de movimientos también fueron en la misma dirección cabe deducir que, aún con algún que otro revés de nombres importantes, la idea de usar a gente de la casa estuvo ahí desde el principio.
Durante ocho años ha sido el entrenador de la línea ofensiva en San Francisco. Esta línea ha estado plagada de grandes nombres, en especial Justin Smith, y se le considera clave en el desarrollo del jugador y de una defensa que ha sido santo y seña de toda la NFL durante un trienio largo.
Bajo ese punto de vista, la unidad defensiva debería tener continuidad táctica. Más si le sumamos que como coordinador defensivo va a estar Eric Mangini, también promocionado internamente, aunque este desde el lado ofensivo.
Es interesante esta historia de Mangini. Famoso como coordinador defensivo, sobre todo en los primeros años de la dinastía de los Patriots con Bill Belichick, fracasó en dos etapas como entrenador jefe y tras varios pasos por la liga acabó formando parte de los Niners... pero en ataque. Ahora, con la marcha de los coordinadores de Harbaugh, Tomsula ha confiado en él para ser su mano derecha en lo que mejor ha sabido hacer en su carrera.
Ambos han asegurado que sus esquemas se adaptarán a su equipo. Eso era verdad desde el principio, pero es pura obligación tras la retirada de Patrick Willis, Justin Smith, Chris Borland y Anthony Davis, este último hace pocas horas, que les ha dejado en cuadro. Tendrán que jugar a lo que buenamente puedan con lo que tienen.
Parece claro que la defensa base será una 3-4. Ambos la han empleado con eficacia e insistencia y ambos se sienten cómodos en ella. Además, la plantilla parece diseñada para ello. Encajar a Aldon Smith no será tarea fácil, porque tendrán dudas sobre usarlo como un edge rusher en el cuerpo de LBs o una fuerza más interior, pero ambos tienen experiencia con ello.
Lo que es seguro es que será una defensa agresiva y dura. Y, muy probablemente, que rinda por encima de lo que los nombres de los jugadores actuales indican.
En ataque, y con el mismo plan en la cabeza, Baalke promocionó a Geep Chryst a coordinador ofensivo. Chryst llevaba cuatro años siendo el entrenador de QBs del grupo. En un principio sorprendió el nombramiento, pues era considerado un hombre de Harbaugh. Sin embargo fue clave que Colin Kaepernick demostrase mucha confianza en él.
Las primeras indicaciones sobre su estilo de juego hablan de que los Niners volverán a la carrera como ataque base. Siendo la línea ofensiva una de las fortalezas de la plantilla parece lo más lógico. Sin embargo, el éxito o el fracaso recaerá, claro, en el propio Kaepernick. En las últimas temporadas ha perdido algo de la confianza que le hizo famoso y ha dejado de progresar como jugador; Chryst, la persona que mejor le conoce en toda la NFL, tendrá que hacerle avanzar, hacerle mejor, y explotar sus virtudes al tiempo que tapa sus carencias. Es por eso que hay que esperar, en un periodo claro de transición, que el coordinador ofensivo no queme a su estrella y le deje gestionar los partidos desde la base de un juego terrestre potente.
En el fondo todo lo que han hecho en San Francisco tras la marcha "de mutuo acuerdo" (...) de Jim Harbaugh es buscar sensatez y continuidad. La ha habido en nombres, la habrá en juego, aunque eso no deje de ser una interrogante en sí misma.