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Eli Manning y la paradoja del castizo con mucho amor propio

Las cuatro Super Bowls conseguidas por los New York Giants tienen algo en común. Ese algo es que desde el primer título (1987) al último (2012), David Letterman ha sido un fijo en la programación nocturna estadounidense. Emitiendo en sus primeros años desde el Rockefeller Center con la NBC (1982-1993), para posteriormente irse a la CBS y seguir emitiendo esta vez desde Broadway, en el Ed Sullivan Theater (1983-2015).

El pasado miércoles 20 de mayo fue la última aparición de Letterman. Sus programas han sido eventualmente un rincón donde los deportistas podían expresarse de una forma más natural y menos tópica a la que acostumbran con la prensa, y entre todos los que pasaron primero por el 30 Rock y después por Broadway destaca Eli Manning.

Elisha siempre me pareció un tipo peculiar, no como QB (que también) sino como persona. Desde sus primeros años siempre dio la impresión de ser alguien gracioso sin querer serlo, la típica persona que en un principio te parece seria e incluso sosa pero conforme vas conociéndola sabes apreciar y hasta ver que su naturalidad y gracia es innata e impagable. El de Louisiana vendría siendo en España alguien castizo, y son ese tipo de personas las que forman parte del álbum de anécdotas que toda familia o pandilla de amigos guarda. El gracioso siempre está, pero el castizo es quien de verdad rompe la pana cuando no se le espera y deja sensaciones para el recuerdo.

Eli acudió al programa de Letterman tras su última Super Bowl, y al ser preguntado acerca del tan mencionado desde 2007, “Elite”, este contestó de la forma más castiza posible: “Esto es como si alguien te preguntara, ‘¿Eres un presentador de élite? ’, ¿Qué dirías? Estoy seguro que tú piensas que eres muy bueno en esto”.

Eli Manning en su aparición en el programa de humor "Saturday Night Live".
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Eli Manning en su aparición en el programa de humor "Saturday Night Live".

Eli sentó cátedra en la NFL actual, tras su incondicional amor propio aparecieron a posteriori el de Flacco o incluso Tony Romo. Esa seguridad en uno mismo debe relucir más que nunca durante la temporada 2015, un año este en el cual comandará la que discutiblemente puede ser una de las unidades ofensivas más talentosas que han pasado por la franquicia neoyorquina.

A partir de ahora toda Super Bowl que ganen los New York Giants no tendrá al legendario presentador en televisión.

Eli Manning pasó sus primeros diez años en la NFL bajo el mismo sistema ofensivo gracias a la tutela de un mismo entrenador: Kevin Gilbride. Tres años como QB coach y siete como coordinador ofensivo fueron borrados de un plumazo tras la incorporación el pasado año de Ben McAdoo, el cual implantó nuevos conceptos, terminologías y rutas de pase.

En su 12ª temporada como QB de los New York Giants, y segunda bajo la West Coast Offense de McAdoo, Eli Manning tiene la oportunidad de realizar la mejor temporada de su carrera en cuanto a juego.

  • · Para ello dispone de una unidad de receptores comandada por Odell Beckham Jr y las incógnitas que a día de hoy despiertan Victor Cruz, Rueben Randle y adiciones como Dwayne Harris.
  • · En el backfield un corredor solido como Rashad Jennings, el prometedor Andre Williams y un Shane Vereen que llega desde New England y encaja con el actual sistema ofensivo.
  • · El grupo de Tight Ends no promete fuegos artificiales pero si solvencia en manos de un jornalero como Daniel Fells o la aparición que fue Larry Donnell en algunos momentos de la temporada.
  • · Por último el corazón del ataque, una Offensive Line que si no mejora su rendimiento en 2014 puede bloquear a la ofensiva en su totalidad. La lesión de Beatty preocupa, pero se confía en la progresión de Ereck Flowers y Brett Jones.

La temporada 2014 fue una montaña rusa para un Eli Manning que se mostró tan inconsistente como siempre, a su favor tiene la asimilación de un sistema que en su primer año terminó dando grandes señales. Y por supuesto, un cuerpo de receptores que si consigue estar sano (los tres titulares no coincidieron ni dos partidos completos) y despejar incógnitas puede ser escandaloso.

Tenerse un amor propio incondicional no implica dejar de ser humilde por más que muchos quieran hacérnoslo ver. Si no te quieres tú, ¿quién te va a querer, Eli?