MINNESOTA VIKINGS
Adrian Peterson vuelve a exigir a los Vikings que le traspasen
El corredor se perderá los entrenamientos de esta semana de Minnesota, dejando de cobrar 250.000 dólares, porque no quiere seguir en el equipo.
Adrian Peterson no quiere seguir en los Minnesota Vikings. Lo había dejado claro en invierno, lo reafirmó antes del draft y con el comienzo de las actividades organizadas del equipo lo ha vuelto a poner de manifiesto.
El jugador ha decidido saltarse los entrenamientos de esta semana. Eran los primeros en los que tenía que estar. Siguen siendo voluntarios, por lo que no habría ningún problema para que no hiciera acto de presencia, pero en su contrato tiene un bonus de 250.000 dólares por cumplir con estos entrenamientos. Ese es el dinero que ha dejado sobre la mesa para dejarle claro al equipo que se mantiene firme en sus trece y que no quiere jugar para ellos.
Después de que el Pioneer Press diese la noticia de la decisión de Peterson, Yahoo Sports ahondó aún más en la historia y, citando una fuente cercana al corredor, aseguró que Adrian tenía pensado perderse todos los entrenamientos voluntarios pero también los obligatorios de finales de junio, algo por lo que sería multado con otros 72.000 dólares. En la mente de Peterson aún no estaría claro si trabajar en el campo de entrenamiento en julio en caso de no conseguir ser traspasado.
Por supuesto, ese dinero no deja de ser calderilla para alguien que va a ganar este año más de 15 millones de dólares en caso de que esté en la plantilla de los Vikings cuando se dispute la primera semana de competición.
Lo que indican todos estos movimientos, no obstante, es que Peterson no ceja en su idea de irse de la franquicia. El jugador se perdió 15 partidos la temporada pasada cuando estalló el escándalo de las palizas a su hijo. En su opinión, ni el equipo, ni la prensa, ni una parte de la afición le trataron con cariño, o con respeto, ni le defendieron como debían, y no tiene intención de seguir jugando para ellos.
Sin embargo, en Minnesota no están por la labor de llevar el conflicto al terreno de los sentimientos. Siempre dijeron que querían quedarse con su gran estrella y lo demostraron cuando no escucharon ninguna de las ofertas que a buen seguro les llegaron en el draft. Ahora, pasado el acontecimiento de elección de rookies, el traspaso se vuelve casi imposible porque lo más valioso en un traspaso siempre son las primeras rondas del año en cuestión, no los del año siguiente.
Se ha hablado con insistencia del interés de los Dallas Cowboys que, en una serie de acontecimientos encadenados, han acabado encontrándose con tres jugadores a los que se considera como talentos de primera ronda: Randy Gregory, La'el Collins y Byron Jones. Esto hizo que se le preguntara a Jerry Jones, dueño de la franquicia, por la posibilidad de traspasar la primera ronda de 2016 por "algún jugador que lo merezca" (imaginad cual) que ayudase a ganar ahora, a lo que Jones respondió que podría ser, podría ser. Sin embargo, es muy dudoso que los Vikings fueran a traspasar a Peterson sólo por esa primera ronda de los Cowboys del año que viene.
El caso es que Adrian Peterson insiste en que no es cuestión de dinero y que se quiere ir. Por eso es capaz de perder 250.000 dólares sin pestañear y amenaza con no dejarse ver por las instalaciones del equipo hasta que comience la temporada (al menos). Pero los Minnesota Vikings tampoco dan su brazo a torcer e invocan la legalidad vigente: si no vienes te multo, si vienes juegas, pero en todo caso eres nuestro.
De fondo, y aunque todas las partes lo nieguen, el hecho de que los dos próximos años del contrato de Peterson, de 15 y 17 millones de dólares respectivamente, son de dinero sin asegurar. Como dijo Ben Dogra, agente del jugador, en el USA Today pasado el draft, Peterson se sentiría más conforme si los Vikings le mostraran un compromiso de que quieren que se retire con ellos. En román paladino: convertid esos 32 millones de dólares en dinero asegurado, ampliad el contrato otro par de añitos, y aquí paz y después gloria. Porque detrás de tanta pose, de tantos sentimientos heridos, se esconde lo que siempre arregla los problemas: el dinero.