Un último adiós a la carrera profesional del granjero Smith
En la era de la comunicación digital y las redes sociales parece imposible que una súper estrella de la NFL pueda pasar desapercibida. Ése es el caso de Justin Smith, un jugador que pese a todos los premios y reconocimientos nunca se ha sentido atraído lo más mínimo por la fama o el glamour. Eso lo descubrió antes incluso de pisar un campo de la NFL. La parafernalia de la que tuvo que formar parte en Nueva York para el draft de 2001, a la que más tarde calificaría de “basura”, no iba con él.
Criado en una granja de más de 1200 acres en la pequeña ciudad de Jefferson City en Missouri, Smith pronto aprendió a disfrutar del sabor de las pequeñas cosas obtenidas a base de mucho sacrificio. Otro histórico de los 49ers, Jerry Rice, forjó su leyenda cogiendo los ladrillos que le lanzaba su padre. Durante su época de instituto, Smith pasaba los veranos cargando pacas de heno de entre 25-40 kilos. Parece que los más grandes no son extraños a orígenes humildes.
Su régimen de entrenamiento es legendario. Nadie ocupaba más tiempo en la sala de pesas que él. Dos días después de caer eliminados por los New York Giants en la final de conferencia de 2011 Smith ya era visto en las instalaciones del equipo preparándose para la siguiente temporada a casi ocho meses vista. Preguntado por el general manager, Trent Baalke, el Cowboy ofreció una de sus típicas frases cortas y directas: “es esto o quedarme en casa de baby-sitter. Así que aquí estoy”.
Cuando Justin Smith se declaró para el draft de la NFL tras su año junior en college, el entrenador de línea de Missouri, Craig Kuligowski, observaba cómo un asistente de los Cincinnati Bengals preparaba un test de resistencia que se administraba a todos los “prospectos”. “Después de 25 minutos Justin estaba extenuado y pidió un descanso”, recuerda Kuligowski. “Entonces pensamos que lo había reventado. El entrenador de Cincinnati contestó, la mayoría de los chicos no aguantan ni cinco minutos”. Los Bengals eligieron a Smith en el puesto 4 del draft.
Durante siete temporadas lo dio todo por la franquicia de Ohio pero en un conjunto la mayor parte del tiempo perdedor y en un esquema 4-3 que no explotaba todas sus habilidades decidió durante el invierno de 2008 que lo mejor era cambiar de aires. San Francisco era uno de los equipos con defensiva 3-4, una alineación que le posibilitaba sacar más partido a su inmensa fuerza física y no tener que depender tanto de la velocidad y explosividad. Jim Tomsula fue uno de los principales valedores del fichaje en su día.
Los aficionados de la bahía, decepcionados por el rendimiento del fichaje estrella del año anterior, Nate Clements, no tardaron mucho en darse cuenta que con Smith la cosa sería bien diferente. Sin esperarlo nadie se había encontrado al sucesor de Bryant Young, un profesional ejemplar y un líder en el vestuario que había colgado el casco apenas días después de concluir la campaña de 2007.
No obstante, el salto al estrellato mediático de Smith no se produjo hasta la temporada 2011 y más concretamente tras el choque de playoffs ante los New Orleans Saints. En una de las mayores exhibiciones de la historia de la liga disputó todos los 80 snaps de San Francisco en defensa y además tuvo fuerzas para aportar en varias jugadas como bloqueador en ataque. Sus numerosos golpes sobre Drew Brees, especialmente uno en el que “se llevó de paseo” al tackle Jermon Bushrod, formaron parte de los highlights toda la semana. Ese año fue seleccionado para el primer equipo All-Pro como defensive tackle y para el segundo como defensive end, un logro jamás visto hasta entonces.
De repente todo el mundo descubrió qué gran jugador era Smith pero él no se dejó llevar por la ola mediática. En septiembre de 2012 rechazó ser portada de Sports Illustrated, uno de los mayores reconocimientos en la prensa deportiva norteamericana. Una inoportuna lesión de tríceps le dejó en condiciones precarias e hizo que disputara los playoffs al 50% de su capacidad física. La defensa de los 49ers, plagada de Pro Bowlers, bajó su rendimiento de forma considerable. Tal era el impacto de Smith en la unidad.
Durante la campaña pasada empezó a tomarse algunos snaps de descanso, algo que nunca jamás había hecho. El final se acercaba y aunque Smith todavía podría rendir a un alto nivel en la liga, su elevadísimo listón personal le obligaba a dejarlo antes que no poder responder a sus propias expectativas personales.
“Muchas veces oyes eso de “high-motor guy” y de inmediato piensas en alguien de no mucho talento pero que trabaja duro. Este tío es una atleta fenomenal. Tiene un motor que no para nunca que combina con un montón de habilidad y encima es el más humilde de la plantilla”. Tomsula no podría haber descrito mejor al chico de la granja de Missouri.