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Análisis del buen draft de los equipos de la AFC Norte

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Lo ha vuelto a conseguir. Pese al cambio de fechas, la inédita localización, la coincidencia con otros eventos deportivos de primera magnitud… el show de la NFL de nuevo ha acaparado audiencias millonarias. Y sin necesidad de poner un balón en juego, tan sólo con la elección de las futuras estrellas de este deporte. La venta de ilusiones como forma de vida. Pero tras el deslumbrante brillo de los focos sobre las primeras selecciones, no olvidemos que bajo esta mediática gala se encuentran las esperanzas deportivas, y por tanto también económicas, de las franquicias de la NFL. El éxito no consiste en adquirir una figura relumbrante en primera ronda, donde es relativamente fácil acertar por la reconocida calidad de los jugadores elegidos en ella, sino saber descubrir el talento oculto en las rondas más bajas. Esta puede ser la diferencia entre un buen equipo, y un equipo con aspiraciones a todo. No me atreveré aquí a valorar si han acertado o no con los jugadores seleccionados. Ni soy seguidor de la NCAA, ni mucho menos futurólogo. Pero soy, como la mayoría de los españoles, “opinólogo”, y esto es lo que pienso sobre el botín que se traen a casa los equipos de la AFC Norte. 

Los primeros en elegir fueron los Cleveland Browns, y había una gran expectación por ver si hacían algún movimiento espectacular para conseguir un jugador glamouroso, tipo wide-receiver o incluso un quarterback utilizando las múltiples selecciones de las que disponían. Sin embargo, optaron por reforzar sus trincheras. Y creo que acertaron. Han aprendido, por las bravas, que en la AFC Norte no se sobrevive mucho tiempo fuera de ellas. El NT Shelton ayudará a apuntalar la línea defensiva y el center Erving les proporcionará versatilidad en la ofensiva, y un plan “B” en caso de que Mack decida abandonar el club el año próximo. Siguieron reforzando el front-seven, una de sus mayores debilidades, con los picks de 2º (el OLB Orchard, necesario tras la marcha de Sheard) y 3ª ronda (el DT Cooper). Sin embargo, no me parecía tan prioritario reforzar el backfield (picks del RB Duke Johnson en 3ª y el FB Malcolm Johnson en 6ª) ni la secundaria (picks del SF Campbell en 4ª y el CB Gaines en 6ª), mientras que a mi modo de ver tardaron en reforzar el cuerpo de receptores (picks del WR Mayle en 4ª ronda y el TE Telfer en 6ª) y el interior de la unidad de LBs (pick de Pullard en 7ª). Para terminar, un pick interesante el del CB Ekpre-Olomu en 7ª ronda. Si se recupera de su grave lesión de rodilla puede ser un auténtico robo. 

El siguiente equipo en ver su camiseta sobre el escenario del Auditorium Theatre de Chicago fueron los Cincinnati Bengals. Por dos ocasiones consecutivas seleccionaron offensive-tackles: Ogbuehi en 1ª ronda y Fisher en 2ª. Excesivo, a mi entender. Tomar una copa de vino es saludable; más, alcoholismo. Supongo que si les hubieran asegurado que Fisher estaría disponible en 2ª ronda hubiera sido otra su elección en 1ª, pero el draft está lejos de ser una ciencia exacta. En ocasiones hay que ser un poco flexibles en la política de elegir el mejor jugador disponible, porque de la capacidad para hacer encajar tantas piezas en la línea ofensiva dependerá el éxito de su draft. No contentos con esta intoxicación etílica, se emborracharon también de TEs (Kroft en 3ª ronda y Uzomah en 5ª), otra decisión discutible, ya que no parecía éste el mejor draft para adquirir TEs. El resto de selecciones sí me parecen acertadas. Dawson (3ª ronda) insuflará calidad a una unidad de LBs plagada de undrafted. Shaw (4ª ronda) rejuvenecerá el veterano cuerpo de CBs. Derron Smith (6ª ronda) aportará profundidad a una anémica unidad de safeties, y el WR Alford (7ª ronda) dinamismo como retornador en equipos especiales. Más escepticismo me provoca el DT Hardison en 4ª ronda, una posición que quizá debitó reforzarse bastante antes. 

A continuación elegían los Pittsburgh Steelers, que no podían creerse la suerte que tuvieron al caerles en 1ª ronda el OLB Dupree. Sin embargo, la estrategia de esperar no les resultó en 2ª ronda porque los Ravens les sobrepasaron para llevarse al TE Williams, y los Señores del Acero tuvieron que acometer su segunda gran necesidad: la secundaria. Y lo hicieron varias veces: los CBs Golson (2º ronda) y Grant (4ª ronda), y el FS Holliman en 7ª ronda. El TE no llegaría hasta 5ª ronda (Jesse James). En 6ª ronda optaron por reforzar su línea defensiva (DT-Walton y DE-Chickillo). Todas estas decisiones me parecen muy apropiadas. De poner alguna pega, quizá la ausencia de algún jugador para dar profundidad a la línea ofensiva. Interesante el pick en 3ª ronda del WR Coates, puede que como toque de atención a las demandas de Antonio Brown de renegociar su contrato. 

A pocos sorprende que los Baltimore Ravens hagan un gran draft, y éste de 2015 no fue una excepción. Quizá llamase la atención que se enfocaran en la ofensiva con sus dos primeros picks: el WR Perriman en 1ª ronda y el TE Williams en 2ª (éste último en un genial movimiento, como ya he explicado anteriormente). Dos elecciones necesarias por la marcha de Torrey Smith y la incertidumbre sobre si Pitta volverá a jugar, respectivamente. En 3ª ronda buscaron sustituto al DT Ngata (Carl Davis) y en 4ª al DE McPhee (Za’Darius Smith). En 4ª ronda acometieron otra prioridad, la de dar relevo al veterano RB Foster con Allen. Interesante también el pick en 7ª ronda de Waller, un WR alto, en el molde de Boldin, a quien sin duda echan de menos. No obstante, creo que cometieron el mismo error que Cincinnati al seleccionar múltiples TEs (Boyle en 5ª ronda), y que quizá debieron acometer antes la adquisición de un CB (Walker no llegó hasta el final de la 4ª ronda) para no depender tanto de la salud de Jimmy Smith y Webb; y la de un OG (Myers al final de la 5ª) puesto que Yanda y Osemele están en su último año de contrato.