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JACKSONVILLE JAGUARS

Fowler se perderá la temporada tras romperse los ligamentos

El jugador de los Jacksonville Jaguars es el ejemplo de como la excitación por los jugadores drafteados rara vez se traduce en éxitos instantáneos.

Dante Fowler Jr. cae lesionado en el campo de entrenamiento de los Jacksonville Jaguars.
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Dante Fowler Junior se perderá toda la temporada 2015 de la NFL. Ayer, en el primer día de entrenamiento con su equipo, los Jacksonville Jaguars, tuvo la mala fortuna de romperse los ligamentos de su rodilla izquierda. Cayó de forma extraña en un ejercicio, fue sacado del campo en camilla y todas las malas sensaciones de la escena confirmaron después el peor de los pronósticos: no estará en un campo de juego hasta la campaña 2016.

Es una noticia brutal para los Jaguars. Este talentoso muchacho de la universidad de Florida fue elegido en el draft en la tercera posición. El equipo de Jacksonville esperaba de él que fuese el fiero pass rusher que necesitan en esa defensa para meter presión a los QBs rivales. Desde mucho antes de ser drafteado se especuló con que su destino sería Jacksonville, por lo que es justo subrayar que tanto la dirección de la franquicia como la afición llevan más de un mes con la enorme ilusión de que este chico les ayude a convertirse en un buen equipo.

Y ahí radica uno de los problemas de todo este proceso del draft, que es el de la ilusión desmedida y el de las expectativas irreales. Porque en la mayoría de las ocasiones los jugadores draftrados la pasada semana no tendrán apenas impacto inmediato en sus equipos. 

Lo primero que puede suceder es una lesión. El ejemplo de Dante Fowler es perfecto y se suma, por poner otro caso, al número uno del draft del año pasado, Jadaveon Clowney, que estuvo casi inédito en su año rookie por una lesión en el menisco.

Pero es más probable que los chicos, sencillamente, no ganen sus batallas en los campos de entrenamiento. En un equipo NFL, hasta llegar agosto, conviven más de 80 jugadores. Entre ellos están las estrellas consagradas, los buenos jugadores ya asentados, los ojitos derechos de los entrenadores, los especialistas para jugadas específicas... y un buen montón de rookies que pelean con jornaleros por los 53 puestos con los que se cerrará la plantilla. Es un ejercicio de supervivencia al que no todos los chavales están acostumbrados, ni mucho menos preparados. 

Desde luego, no es el caso de los que han sido escogidos en las dos primeras rondas. Ellos son los mayores culpables de que, ahora mismo, haya 32 aficiones sobrexcitadas por las perspectivas de su equipo. Estos formarán, con seguridad, parte del equipo final. Pero están muy lejos de ser titulares asegurados pues, como he dicho antes, la pelea es con gente de colmillo retorcido y conocimiento de la profesión. Y sin ser titulares es muy difícil impactar para bien en el juego del equipo.

Hay que tener en cuenta que más de la mitad de los jugadores que creemos que están llamados a revolucionar sus franquicias no estarán en la NFL dentro de tres años. Ese hecho, conocido por los seguidores de la liga, debería hacer que las expectativas estuvieran contenidas.

Los rookies pueden tener una gran importancia esta misma temporada, sí, pero siempre serán media docena de excepciones y nunca la norma. Esa es una verdad que nos negamos a admitir cuando vemos la lista de los chicos de nuestro equipo, cuando miramos sus mejores jugadas en vídeos de internet y cuando nos los imaginamos revolucionando las plantillas en las que caigan. Pero, como demuestra la lesión de Dante Fowler, eso no deja de ser un sueño lejano y muy improbable. 

Lo normal es que los drafteados el pasado fin de semana, incluyendo los de las primeras rondas, tengan que pelear más por su superviviencia que por el bienestar de su equipo, y que la ilusión generadas en torno a ellos, así como las exigencias a las que se verán sometidos, sean completamente irreales.