Los Saints draftean a Grayson como heredero de Brees

A principios de marzo, cuando comenzaba la agencia libre de la NFL, los New Orleans Saints mandaban al tight end Jimmy Graham a los Seattle Seahawks a cambio de una primera ronda y el center Max Unger. Perder al mejor jugador del equipo, si descontamos el quaterback Drew Brees, de esta forma tan sorpresiva hizo que se alimentase la especulación sobre el fin de una era en la franquicia.

Esa sensación se acrecentó con los sucesivos movimientos en la plantilla: el traspaso del receptor Kenny Stills por un linebacker como Dannell Ellerbe, el mandar a Ben Grubbs a los Chiefs por una quinta ronda del draft, pagar un pastizal por el cornerback Brandon Browner, fichar a C.J. Spiller, fichar a Anthony Spencer, dejar marchar a Curtis Lofton y Patrick Robinson. No sólo el equipo perdía a algunos de los nombres más reconocibles de su historia reciente sino que todo parecía indicar un estilo nuevo basado en fomentar la defensa y dar algo más de alegría al juego de carrera.

Esto es casi revolucionario en los Saints, que han vivido los últimos años como uno de los mayores ejemplos de la happy pass league en la que se ha convertido la NFL, más ocupados de sumar yardas aéreas que de preocuparse por defender o por controlar el tempo de los partidos y las trincheras con las viejas, duras y pasadas de moda yardas de carrera.

Pero para que una revolución sea completa hay que descabezar al rey. Es ahí donde entra en juego la pieza definitiva del puzzle, la más obvia señal reveladora de que el futuro de los Saints es ahora: New Orleans ha drafteado, en la tercera ronda del draft 2015, a Garrett Grayson, quaterback de Colorado State. Es el pasador elegido más alto por la franquicia desde principios de los años 70, y en ningún caso gastarían una ronda en el puesto sino estuviesen convencidos de que el futuro de Brees es escaso.

Grayson no es ninguna estrella. Tendrá que mejorar un montón de cosas, en especial su larga mecánica de pase, si quiere sobrevivir en la liga incluso como suplente. Pero es el que ha jugado en un estilo más cercano a lo profesional de cuantos se presentaban a este draft, siempre sacando de la ecuación a Jameis Winston y Marcus Mariota, que están muy por delante de sus compañeros de promoción.

No es realista pensar en que Grayson vaya a disputar la titularidad a Brees. Desde luego que no. Pero sí que demuestra el equipo que lidera Sean Payton que van a tratar de usar a Grayson como heredero de su actual QB estrella y que van a tratar de formarle para el día que falte. Y no deben ver ese horizonte muy lejano a tenor de los movimientos que han hecho en la agencia libre y de esta elección, tan poco habitual en la franquicia.

Garrett Grayson ha sido el tercer QB elegido en este draft. Lo ha hecho en una situación ideal. No tendrá presión por ser titular porque, en esencia, no tiene ninguna opción de serlo. Pero tendrá un par de años, puede que incluso menos, para aprender de uno de los más grandes y heredar su puesto en un equipo que está en reconstrucción. Y parte de ese proceso ha quedado sellado con la declaración de intenciones que significa hacer ver a Drew Brees que no es eterno. Los New Orleans Saints ya miran a su nueva era.