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Leyendas de la mayor venta de humo de la historia: el draft NFL

Siempre en nuestra vida deportiva hay un momento que recordamos por encima de cualquier otro, un momento al que damos una importancia totalmente subjetiva y que suele ser diferente del que destacarían los demás. No hay debate posible. Simplemente es algo que a mí me causó más impresión y a vosotros, sin embargo, os dejó indiferentes.

Este es el caso del gran invento norteamericano. El draft, si lo analizamos en profundidad, es la mejor venta de humo de la historia: el triunfo del marketing. Ni McDonalds ni la Coca-cola. ¡El draft!

Una de las primeras preguntas de los que se adentran en el fútbol americano suele ser “¿qué es el draft?” Pues no es más que un episodio como el que vivíamos en el patio del colegio, cuando éramos quince y teníamos que hacer tres equipos de cinco integrantes cada uno. Nombrábamos capitanes y ellos escogían. El que mejor lo hacía convertía a su equipo en Rey de la Pista. El peor, estaba condenado a pasar todo un recreo en el más negro ostracismo. Sí, el draft no es más que un episodio de cualquier patio de colegio, con la salvedad de que rozará una audiencia de 50 millones de espectadores cuando sea televisado el jueves en horario prime time por la cadena ESPN.

No hay ediciones del draft mejores ni peores. Los amantes del juego de pase recuerdan todavía con nostalgia la Clase de 1983: Elway, Marino, Kelly… Pero abril nos ha deparado otros grandes momentos: el cambio de los Cowboys para agenciarse con la segunda selección general al running back que había ganado el trofeo Heisman, Tony Dorsett, quien los llevó a conquistar una Super Bowl; la ruleta rusa en que se metieron los Colts, dudando si elegir a Peyton Manning o a Ryan Leaf (acabó en San Diego), con la primera elección de 1998 -¡cómo hubieran cambiado las cosas de haberse equivocado!-; la selección del otro Manning, Eli, por los Chargers, para después facturarlo a Nueva York y asegurar el fichaje de Philip Rivers…

Sin embargo, a mí ningún draft se me ha hecho tan especial como el de 2001, quizá porque recibí la noticia mientras comía un trozo de pizza en Berlín, celebrando la primera victoria de los Dragons en una temporada en que lo ganamos casi todo, pero perdimos la final. Fue una enorme sorpresa saber que los Chargers (protagonistas del draft una vez más) habían cambiado su primera selección con los Falcons. Atlanta eligió a Michael Vick y San Diego acabó con LaDanian Tomlinson (quinta selección general) y Drew Brees, en la segunda ronda. La historia posterior es conocida. Vick estuvo colosal al inicio y hasta llevó a los Falcons a una final de conferencia, antes de caer en todo tipo de problemas personales; Tomlinson se convirtió en el mejor corredor de la liga, pero no pudo guiar a los Chargers a la Super Bowl; Brees sí que lo hizo y hasta conquistó un anillo, pero lo hizo en la ribera del Mississippi, tras firmar como agente libre con los New Orleans Saints.

Cinco cosas que pienso:

Greg Hardy.
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Greg Hardy.

1. Pienso que, con Greg Hardy en Dallas la fiesta no ha hecho más que comenzar. Tendremos más trifulcas en entrenamientos, en la calle, en los bares... Pero no olvidemos que, si quiere, Hardy puede ser uno de los tres mejores líneas defensivos de toda la NFL.

2. Se habla y mucho de que Washington hará cambios para elegir entre los primeros el jueves por la noche. Pienso que no podemos esperar otra cosa que un nuevo fracaso de los Redskins en el draft. Al menos, a eso nos han acostumbrado.

3. Pienso que quien elija a Jameis Winston se va a equivocar.

4. Si yo fuera los Buccaneers, pienso que elegiría a Marcus Mariota con la primera selección. Aunque también pienso que acabarán cambiándola, pasándole la patata caliente a los Titans.

5. Pienso que en tres años David puede ser el tercer portador del apellido Beckham más popular en Estados Unidos (ánimo que no tampoco está mal), por detrás de Beckham Jr. (Odell) y Green-Beckham (Dorial).