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Una gran victoria de la NFL sobre las enfermedades neurológicas

Madrid

De vez en cuando se producen noticias que no acaparan los grandes titulares y no tienen un gran interés para el gran público, pero que por sus circunstancias, o por el tema que tratan, pueden ser decisivas. Trascendentales. Un punto de inflexión cuya fecha sí pasará a la historia y con los años y con más perspectiva, se considerarán un hito.

El pasado miércoles 22 de abril se produjo un suceso con esas características. La firma de un acuerdo de 132 páginas que seguramente fuera celebrada con Bourbon de Kentucky del caro por los 32 propietarios de la NFL y Roger Goodell. Para ellos es quizá la mejor noticia de los últimos años y la firma que asegura que la gran espada de Damocles que pendía sobre la NFL en los últimos tiempos, y que amenazaba su futuro como nada lo había hecho hasta ahora, haya perdido el filo, aparentemente desactivada para los restos.

El asunto que me refiero es que la juez Anita B. Brody haya por fin dado el visto bueno, después de haberlo frenado en dos ocasiones, al acuerdo entre la NFL y los casi 6.000 exjugadores que habían demandado a la liga por las secuelas sufridas por los golpes recibidos durante su etapa profesional.

Hasta ahora, la juez no había dado el visto bueno a las sucesivas propuestas de acuerdo argumentando que la cantidad no era suficiente para salvaguardar los intereses y los gastos médicos de los exjugadores. La primera oferta rechazada, en agosto de 2013, fue de 675 millones de dólares. La última, en enero de 2014, fue una indemnización de 765 millones de dólares en 65 años. La actual, que sí ha recibido la aprobación judicial, será de 1.000 millones de dólares también durante 65 años y la recibirán los jugadores retirados o fallecidos por enfermedades neurológicas antes del 7 de julio de 2014, aunque la fecha definitiva se extenderá hasta la de la fecha del acuerdo. Además, se prevé que la cantidad pueda ser actualizada con el tiempo si se viera insuficiente para cubrir a todos los afectados. (SENTENCIA COMPLETA)

El dinero se repartirá entre los jugadores retirados, en función de la gravedad de su enfermedad, con un máximo de 5 millones de dólares.

El documento del acuerod consta de 132 páginas.
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El documento del acuerod consta de 132 páginas.

El único punto negro par ala NFL es que 200 jugadores o familiares de fallecidos no ha aceptado el acuerdo y seguirán litigando. Y entre ellos se encuentran los allegados de Junior Seau, quizá el jugador cuya muerte abanderó y dio fuerza a estas demandas por secuelas neurológicas.

Visto desde fuera, parece un tema judicial más. Un rollo. La realidad es que tras esos 132 folios se esconde la desesperación de muchos antiguos jugadores que sufren enfermedades horribles como encefalopatía traumática crónica, Alzheimer, demencia, Parkinson o Lou Gehrig y que dependen desesperadamente de esos fondos para poder recibir tratamiento médico. Incluso la noticia no es definitiva para ellos, ya que las indemnizaciones no empezarán a otorgarse hasta que terminen todas las alegaciones, con lo que la solución puede alargarse para ellos aún algunos meses.

Durante estos años ha habido bastante polémica en el entorno de la asociación de jugadores porque ha sido muy complicado llegar a un punto intermedio entre los que querían una resolución rápida, aunque repercutiera en la cantidad final acordada, acuciados por su propia situación personal, y los que creían que este acuerdo es decisivo como precedente y era importantísimo que no se quedara en mínimos para no perjudicar a los enfermos futuros. Mi sensación desde fuera es que la NFL siempre se ha aprovechado de esa urgencia para pagar lo menos posible. Esos 1.000 millones en 65 años significan a la liga poco más de 15 millones al año de media, una cantidad casi irrisoria con la que han saldado un problemón que amenazaba con poner en peligro el futuro de la competición.

Además, según el análisis de varios expertos, este acuerdo, en caso de no ser revocado por el tribunal de apelación, sentará jurisprudencia para las demandas futuras que se puedan producir.

En conclusión, la NFL, después de unos años convulsos en que ha volcado toda su maquinaria para controlar la creciente percepción social de que la práctica del football provocaba secuelas graves, también ha conseguido una gran victoria en los aspectos económico y judicial. Y sin olvidar que la liga aún no ha reconocido que esas enfermedades sean consecuencia de los golpes sufridos. De todos modos, sobre este tema hablamos lago y tendido en uno de nuestros podcast y a él me remito.

Los jugadores en activo no están incluidos, pero las tablas de indemnizaciones acordadas serán para ellos como las de los 10 mandamientos. Inamovibles. Una vez más la NFL se ha salido con la suya. La bomba atómica se ha quedado en picadura de mosquito.

En la liga más capitalista del mundo una muerte horrible causada por una enfermedad neurológica tiene un coste máximo de 5 millones de dólares. Y que no se quejen, porque nadie ha admitido nunca que esas enfermedades tengan nada que ver con el deporte… aunque se admita que 6.000 de los casi 20.000 jugadores retirados pueden sufrirlas ahora mismo.

Felicidades, Goodell & Co. Solo lamento que mi percepción de que los jugadores son tratados como mercancía en la NFL se reafirma cada día más y más.


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