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PELOTA

Un Oinatz magistral y Untoria ganan la txapela del Parejas

Pablito se vio superado por la presión de una final que le señalaba como 'ahora o nunca' y Zubieta se vio desbordado en la zaga. Fiesta riojana en el Bizkaia bilbaíno

Los finalistas, en el podio
JUAN FLOR

El frontón Bizkaia encumbró a Oinatz y Untoria. El leitzarra ha sido el absoluto dominador del Parejas y la 'txapela de la justicia' que parecía destinada a Pablito por todo su sufrimiento hasta abrigarse con el trofeo de lana, acabó en la cabeza del delantero navarro, que no cometió ni un error. Untoria, un debutante con mucha personalidad, sujetó bien atrás y a pesar de tres fallos iniciales, se fue creciendo y dominó a Zubieta. El 22-7 deja claro que no hubo final. Para el berriztarra es una tragedia: la pelota le dio una segunda oportunidad pero le golpeó casi con más virulencia que cuando cayó lesionado en ese mismo escenario y en la final de este campeonato hace dos años. Y Bizkaia sigue de secano: 34 años sin un campeón, desde Roberto García Ariño, también en duetos.

Y eso que el pulso empezó con mucho ritmo. Tras el 4-4 Bengoetxea VI cogió un cuero con menos bote, que apenas andaba por abajo y empezó el recital: entró como y cuando quiso al juego, se hizo amigo del frontis, defendió de cine y dejó pelota franca a su zaguero. Era el amo y señor del frontón. Esa pelota le hacía bajar mucho a Zubieta para recogerla. Estaba muy incómodo ante el najerino Untoria, sólido y con una pegada descomunal. Del 6-9 al 6-21 con un parcial de 0-12 y un paseo militar azul. Sueños rotos y éxtasis riojano. Oinatz por fin suma un trofeo a aquel Manomanista de 2008.

Pablito se vio superado en todo momento por el ambiente y la presión de tener que responder a la revancha que le puso en bandeja la pelota. La cabeza le giraba con el tormento y le ofuscó. No tenía su magia. Estaba tan agarrotado que casi ni se dio cuenta de que el sueño se le había roto. Como el tendón de Aquiles hace dos años.