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Los fracasos más sonados del draft (IV): Brian Bosworth

Es difícil imaginarlo hoy, pero hubo un tiempo en el que los atletas no eran estrellas capaces de vender productos, hacer anuncios, tener personalidad propia o salir en la televisión haciendo algo que no fuese practicar su deporte. Uno de los pioneros del movimiento que convirtió a los deportistas en algo mucho más grande que lo que hacían en el campo fue Brian "The Boz" Bosworth. Por desgracia para él, nunca pudo trasladar al campo de la NFL su explosiva personalidad y acabó convirtiéndose en una de las grandes catástrofes del draft, en un bocazas olvidable. Porque tener fuerte temperamento, convertirse en un personaje, ser una marca, un producto de marketing, sólo se sostiene si hay triunfos y buen juego, algo que comprobó The Boz en primera persona.

Brian ya fue toda una celebridad en la universidad. Jugó para los Oklahoma Sooners, una de las grandes potencias del fútbol americano universitario, y se convirtió en toda una leyenda. Este jugador fue el único, hasta la fecha, en ganar dos veces el Butkus Awards, que premia al mejor linebacker de la temporada. Pero fue suspendido por uso de esteroides en la temporada 1986 por lo que se perdió el final de su periplo colegial. Para demostrar su enfado llevó a la Orange Bowl, en la que jugaba su equipo, una camiseta que usaba las siglas de la competición universitaria, NCAA, para decir National Comunist Against Athletes (Comunistas Nacionales Contra los Atletas). Por supuesto, el enfado de entrenadores, estamentos directivos y la mayoría de aficionados fue monumental.

En 1988 escribiría una biografía sobre sus años en Oklahoma y detallaría, con todo lujo de detalles, el uso de drogas en el vestuario y de asuntos tan poco edificantes como la abundancia de armas y como jugaban con ellas.

Dado que estaba expulsado de la universidad, en 1987 se presentó al draft suplementario de la NFL. Pero, en su afán por hacerse notar, escribió una carta a un tercio de los equipos de la liga diciéndoles que no se les ocurriese elegirle porque no iba a firmar con ellos. Su sueño y deseo, y nunca lo ocultó, era jugar para Los Angeles Raiders, porque su carácter pendenciero pegaba con esa franquicia, argumentaba.

A tal punto de popularidad llegó su numerito con las cartas que los Tacoma Stars, un equipo de fútbol-sala, le seleccionó en la ronda número 12 de su draft explicando que ellos no habían recibido ninguna misiva de The Boz al respecto.

Los Seattle Seahawks, no obstante, se saltaron el mensaje. A pesar de estar en la lista prohibida, se quedaron con los derechos de Bosworth. Y, aunque en un principio aseguró que haría honor a su palabra, demostró no ser de piedra y aceptó el camión de dinero que le pusieron en la puerta de su casa: 11 millones de dolares por 10 temporadas, en aquel 1987 el contrato más importante que había recibido rookie alguno en la NFL.

Nunca tuvo miedo de asaltar a los más grandes. Todo lo contrario. Una anécdota que revela su personalidad, y lo adelantado que fue a su tiempo en términos de marketing, tuvo lugar cuando se dedicó a enfrentarse verbalmente con John Elway, QB estrella de los Denver Broncos. A tal punto llegó que los aficionados de Denver compraron más de 10.000 camisetas, a 15 dólares cada una, que rezaban "Ban The Boz" (Prohibid the Boz)... ¡¡hechas y vendidas por una compañía del propio Brian!!

El episodio más famoso, no obstante, fue cuando aseguró que iba a parar a Bo Jackson, corredor de los Raiders... para acabar siendo asfaltado por él en un famoso touchdown y convirtiéndose en el hazmerreír de la liga.

Porque ese fue el gran drama de este jugador: nunca sus acciones fuera del campo se sostuvieron con lo que hizo dentro de él en la NFL. Era portada, daba titulares, le entrevistaban en programas nacionales, sí, pero tan sólo dos años después de debutar en la liga se retiró tras múltiples lesiones en el hombro. Dijo de él el médico que le operó una docena de veces: "tiene 25 años, pero tiene los hombros de alguien de sesenta años".

The Boz se dedicó, tras su retirada en 1989, a ser actor de películas de acción de serie B algo que, como parece claro, encaja como un guante con su personalidad. Una personalidad que le convirtió en una celebridad, pero también en uno de los chistes recurrentes cuando se recuerda a los grandes fracasos del draft de la NFL.