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Deporte base

“Con los clubes deportivos maquillan la cifra de paro”

El conflicto con el deporte base se inició con inspecciones en Cataluña en 2010. El Prat: “¿Cómo se justifica el hecho de que un señor entrene dos horas por semana?”.

Luis Quiñonero, presidente de la AD Prat, en su campo.
Carlos Mira

Las inspecciones que se realizaron en Cataluña entre 2010 y 2012 tienen en jaque a clubes de barrio, del corazón de la cantera, que entienden que fueron los conejillos de Indias. Nadie les advirtió de que el sistema con el que funcionaban por costumbre no era válido y les llegó la inspección sin previo aviso. Luis Quiñonero, mecánico de profesión, preside la Associació Esportiva Prat, una entidad arraigada desde 1934 “con un equipo en Tercera y 32 de chavales con dos monitores por cada equipo; hacemos una labor social”. En diciembre afrontan un juicio y pesa sobre ellos una multa de 700.000 euros. “Desapareceríamos. Es inviable porque ni nuestro presupuesto llega a esa cifra”.

Sentencia. La Santboià, ahora en 1ª catalana, estaba en 2ª B en la 2010-2011, cuando se le realizó la inspección. “Esperamos sentencia y nos reclaman 600.000 euros cuando nuestro presupuesto es de 350.000 —cuenta su presidente, Ramón Andreu—. El ministerio nos considera una empresa cuando somos una entidad sin ánimo de lucro. Lo que ellos califican de salarios yo lo entendía como una compensación. Vieron que se pasaron de frenada con las inspecciones y las paralizaron luego. Pero nosotros podemos desaparecer”.

Luis Quiñonero explica cómo les ha cambiado el día a día: “Todos los jugadores del primer equipo están dados de alta desde hace tres años. A los monitores los tenemos con contrato de voluntariado con un máximo de 100 euros. Nos tienen que traer tickets de todo: bocata, gasolina, botas… Pero no veo en ese contrato una solución. ¿Qué pasa si el inspector dice que no es válido, que lo que esconde es una relación laboral? ¿Cómo se justifica el hecho mismo de que un señor vaya a entrenar un equipo de alevines dos horas a la semana? Dar a una persona de alta por 100 euros al mes supondría elevar las cuotas de los chavales de los 400 a los 600 euros. No está el patio...”.

El presidente de la Santboià refleja que “al final el dinero de un club es el mismo, y al que por ejemplo le pagabas 150 brutos, se le quedarían en 100 netos. ¿Y qué pasa con un monitor que esté cobrando el paro o que trabaje en otra cosa y no le interese? Se les va a impedir entrenar. Sinceramente, con el contrato de voluntariado no sé si estoy dentro de la ley de cara a una inspección. Y qué decir de la responsabilidad personal. No quiero ni pensarlo. Soy propietario de medio piso e igual podrían actuar contra la junta directiva”.

Salario. Los dos están de acuerdo en que “a partir del salario mínimo (645 euros) haya que cotizar” pero aportan soluciones como “no tener que cotizar hasta 200 euros” o que establezca “una base reducida para el deporte base, para lo que nosotros consideramos amateurs compensados; que hasta ciertas cantidades no se aplique la general, como ocurre con las amas de casa”.

Pese a las reivindicaciones de la Unión de Federaciones Deportivas de Cataluña, Quiñonero y Andreu no ven motivaciones políticas en las inspecciones. Pero sí otras. “Quizá se trate así de quitar de la lista del paro a medio millón de personas. A lo mejor somos los que tenemos que maquillar que está bajando el paro en España”, apuntan los dos, que cuando hablaron para este reportaje llegaban de reunirse con clubes de baloncesto y polideportivos: “Están preocupadísimos con lo que nos ha pasado”.