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Natación | Mireia Belmonte

“Los Juegos de Río están al caer y hay que cuidar los detalles”

Mireia recibe a AS mientras los fisios relajan sus músculos. Como ella dice, “hay que cuidar todos los detalles”. Mireia reflexiona de su vida dentro y fuera del agua.

Mireia Belmonte logró seis mínimas para el Mundial de Kazán.
Mariano Pozo

Seis de seis, otra vez. ¿Qué balance hace de estos Nacionales de Málaga?

—Fueron muy buenos. El objetivo era hacer las seis mínimas y lo he logrado. Me encontré muy bien en la última jornada, algo cansada por el esfuerzo de las anteriores, pero cada día puedo destacar cosas positivas de las pruebas, y eso es con lo que me quedo.

—Su preparación esta temporada fue distinta. ¿Cómo se encontró físicamente con respecto a otros Nacionales?

—No hice ninguna mejor marca como había ocurrido en otros campeonatos, posiblemente porque la preparación no ha sido a lo mejor tan afinada como otros años. Bajé de Sierra Nevada hace dos semanas, eso se nota, y además el 1.500 no se hace en el Open de años olímpicos, por lo que puedes descansar más que en este. Han sido seis pruebas duras y la jornada del lunes fue bastante difícil por la exigencia que supone nadar el 200 estilos y el 1.500.

—¿En qué pruebas se ha sentido más cómoda?

—En los 200 mariposa, 400 estilos y en este 400 libre del final. Quizás en los 800 y 1.500, al ser pruebas más largas y tener una final antes, no he podido darlo todo.

—Ha pasado casi 50 días en Sierra Nevada…

—Fue bastante duro, sobre todo los entrenamientos en agua. Hicimos muchos kilómetros y a mucha intensidad. También el trabajo de gimnasio fue importante y difícil, con mayor esfuerzo en las pesas.

—¿Cómo desconecta de la natación en el CAR de Sierra Nevada teniendo en cuenta que está aislado y en medio de la montaña?

—No me gustaba el esquí, pero me he aficionado. Reyes Santa Olalla me enseñó a practicarlo. Es un deporte que no tiene nada que ver con la natación. Al mínimo fallo, te caes y te puedes lesionar, pero te ayuda a mejorar la coordinación, a perder el miedo, y eso es importante. Aún voy algo insegura, pero me sirve para desconectar, aunque también es cansado. Por las tardes que tenemos libre, en vez de descansar totalmente, esquiamos. No es un descanso físico, pero sí mental, y a veces lo mental es lo más importante.

—En la jornada del lunes logró las dos mínimas por décimas. Un aviso de que…

—Parece fácil, pero no lo es. Para nadar seis pruebas hay que ser muy fuerte mentalmente para olvidar lo que hiciste el día anterior. No estás igual de fresca que en la primera jornada, el cansancio se va acumulando. Es bueno que la gente sepa que nadar dos o cuatro veces al día al máximo nivel es un desgaste físico y mental muy grande. Aunque por las mañanas no nademos al cien por cien, tampoco podemos descuidarnos porque lo que buscamos son los carriles centrales, y para ello no te puedes relajar.

—Cada vez queda menos para Río. ¿Qué siente?

—No noto presión por los Juegos de Río. Estoy expectante por el Mundial de Kazán, porque es el paso previo a los Juegos y es motivante por el nivel que habrá. Lo importante es hacerlo bien en Kazán y luego ya pensaremos en Río.

—Objetivo: Kazán. ¿Cómo ve al resto del equipo que ha logrado las mínimas?

—Es bueno que los nadadores vengan motivados. Todos tienen muchas ganas y es positivo que se crean que un Mundial también puede ser igual de accesible que un Europeo. Hay buen equipo, ha entrado gente más joven y otros más veteranos, y eso siempre es importante.

—Va camino de cumplir 25 años. ¿Cómo gestiona su vida personal con tantas horas dedicadas al deporte?

—La prioridad siempre es la natación. Saco el tiempo para los demás cuando puedo. Lo tengo muy claro. A los estudios le dedico entre una y dos horas al día, por ejemplo.

—¿Cómo le han ido las notas de Publicidad y Relaciones Públicas en la UCAM?

—Me cogí dos asignaturas por trimestre. Hice Teología y Creatividad. Saqué un 9 y un 8,5. Estudiar me va muy bien porque es como una vía de escape. Cuando no nado, estudio. Hay que buscar un equilibrio entre cuerpo y mente, y creo que lo he conseguido y que también me ha ayudado.

—¿Después de Río se tomará la natación de otra manera?

—No ha pasado, aún no hemos llegado a ese momento, así que no le puedo decir. No sé qué pasará en un futuro. Disfruto mucho nadando y el día que no lo haga me lo tomaré de otra manera.

—En este periodo la natación lloró la gran pérdida en accidente aéreo de Camille Muffat. ¿Cómo lo vivió usted?

—No tenía mucha amistad con ella, pero era una compañera y además de mi generación. Siempre duele que se vaya alguien cercano a ti, y más si es una persona joven y de tu edad, con la que has vivido momentos en la piscina. Es una muestra de que los problemas de la vida no son tan relevantes porque hay cosas más serias como la muerte. Fue como un aviso: no todo en la vida es tan complicado, hay que vivirla y disfrutarla.

—¿Qué le parecieron las palabras de Fred Vergnoux en la que decía que no tenía los recursos mínimos para realizar su trabajo?

—Estoy de acuerdo con lo que dijo Fred. La preparación es cada vez más intensa porque Río está al caer, así que hay que poner todos los detalles y tenerlos siempre muy presentes. Este año que queda hay que cuidarlo todo porque las diferencias por las medallas son mínimas.

—Dijo que “sería una pena dejar el proyecto a medias”. ¿Se imagina la preparación sin él?

—No me lo imagino aún. No me lo he planteado. Espero que no se dé el caso.