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Primus inter pares: ¿cuál es la dinastía más grande de la NFL?

«Todos los animales son iguales,

pero algunos animales son más iguales que otros»

Rebelión en la granja (Orwell, 1945)

¿Con esto qué pretendo decir? Pues que resulta de todo punto imposible identificar la mejor dinastía sobre el emparrillado cuando de pasiones, fobias y filias deportivas hablamos. Está claro que cualquiera de los seguidores de las franquicias citadas tiene argumentos –cuantitativos, cualitativos y sentimentales- más que de sobra para considerarse miembros de la estirpe más exitosa del football profesional. Los amigos del hockey hielo, canadienses y por tanto mucho más pragmáticos y poco amigos de las controversias, tienen reconocido oficialmente en su Hall of Fame de Toronto un lugar para los equipos «dinásticos»: Senators, Maple Leafs, Red Wings, Canadiens, Islanders y Oilers. Mientras eso no ocurra en Canton, sería bueno aportar a este debate algunas dosis de objetividad de la mano de las siempre asépticas matemáticas, de forma que cuando alguien se ufane de su impecable linaje footbalistico, se le pueda contravenir con argumentos inapelables articulados desde la racionalidad. Y en este sentido, pocos juegos hay más racionales que el ajedrez.

Hasta 1960, la Federación de Ajedrez de los Estados Unidos empleaba como sistema de clasificación numérica el ideado por Kenneth Harkness que si bien era razonablemente justo, en muchas ocasiones desvirtuaba el auténtico nivel del jugador. A partir de aquel año se instauró un nuevo mecanismo de valoración diseñado el profesor de Física de la Universidad de Marquette, Arpad Emrid Elo, reforzando el modelo estadístico del cálculo de manera que se vincularan los resultados de las partidas con las variables subyacentes que representan la verdadera capacidad competitiva de cada jugador. La puntuación Elo –que así se bautizó el método- de un jugador se determina a partir de sus resultados contra otros competidores; la diferencia de ese puntaje entre los jugadores determina una probabilidad estimada de puntuación entre ellos, llamada «puntuación esperada» o expectativa, lo que se configura como su probabilidad de ganar más la mitad de su probabilidad de hacer tablas. Les dejo aquí el algoritmo del Profesor Elo; por lo que a mi respecta, lo miro y siento lo mismo que cuando abro el capó de mi coche.

Lo cierto es que este sistema de escalafonamiento fue el empleado por la FIDE desde 1971, siendo su primer líder el legendario Bobby Fischer (2.760 puntos Elo), ostentando al día de hoy el record de puntos el joven Magnus Carlsen (2.862 puntos). La fiabilidad de este sistema de puntuación pronto fue importado por otras disciplinas tanto de esparcimiento como deportivas. Así, organizaciones de Scrabble –excepto en el Reino Unido, cómo no-; federaciones de backgammon o diversos juegos online emplean este sistema. En cuanto a los deportes, los practicantes del korfball holandés, o la muy valorada clasificación de mundial de selecciones de futbol –no confundir con el ranking FIFA- también usan los Elo ratings. Por lo que respecta al deporte norteamericano, desde 2006 la prestigiosa Baseball Prospectus aplica el algoritmo de Elo en su base de datos y el football universitario manejó asimismo entre 1998 y 2013 este modelo estadístico para la elaboración de su Bowl Championship Series, sustituido después por el reciente College Football Playoff.

Salón de la Fama de la NHL en Toronto.
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Salón de la Fama de la NHL en Toronto.

Tenemos entonces el algoritmo, disponemos de la masa crítica, conocemos la fiabilidad del método…pues basta de conjeturas ¿Cuál es la dinastía de las dinastías? ¿Cuál es la estirpe sagrada? ¿Quiénes son brahmanes y quienes chatrias? Para contestar a estas preguntas nos ayudaremos del engorroso trabajo de campo efectuado por el analista y estadístico Nate Silver, quien se tomó la molestia de aplicar el sistema de puntuación Elo a los mejores equipos de la NFL –era post-merger, lo que deja fuera del estudio a los Packers de Lambeau y Lombardi-, tomando como variables periodos temporales comprendidos entre uno y veinticinco años, de manera que la cata ofrezca una perspectiva temporal solvente en la que apreciar la evolución del equipo. La primera columna representa el segmento temporal considerado, en la segunda figura el mejor equipo, con la puntuación Elo a su derecha y debajo la temporada o temporadas donde «reinó», en la segunda y tercera, se repiten los elementos, pero referidos a los mejores segundos y terceros equipos. El resultado de aplicar el algoritmo de Elo a la elite de la NFL es el siguiente:

Algoritmo del profesor Elo.
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Algoritmo del profesor Elo.

 

MEJOR

2º MEJOR

3º MEJOR

PERIODO (años)

EQUIPO ELO

EQUIPO ELO

EQUIPO ELO

Bobby Fischer.
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Bobby Fischer.
Nate Silver adaptó el algoritmo Elo a la NFL.
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Nate Silver adaptó el algoritmo Elo a la NFL.

Del anterior cuadro se pueden extraer algunas conclusiones que si bien antes podíamos inferirlas, ahora resultan estadísticamente incontrovertibles. En primer lugar, y dese 1970, las franquicias más exitosas de la NFL han sido básicamente seis: Miami, San Francisco, Pittsburgh, Dallas, New England y Green Bay. En segundo lugar, también puede afirmarse más allá de toda duda que, tomando como referencia periodos de tiempo superiores a cinco años, 49ers, Patriots y Cowboys son los equipos que ofrecen una mayor regularidad en segmentos temporales extensos, en otras palabras, son franquicias que se han caracterizado por largos periodos de dominio, mostrándose como estructuras deportivas sólidas más allá de aspectos coyunturales como el buen tino en los drafts, lesiones, trades o cambios en el staff. De igual manera, pero en relación con las prestaciones en una sola temporada, es inapelable la fortaleza de los Pats, cuyas temporadas 2007 y 2004 arrojan los mejores ratings de Elo del estudio, por delante incluso de los inolvidables Bears de 1985. Es también reseñable apreciar la fiabilidad de Green Bay, un equipo que a pesar de tocar el cielo en los arcaicos treinta y en los dorados sesenta, es capaz de ofrecer nuevamente extraordinarios ratios de Elo entre 1992 y la actualidad. Resulta también sorprendente advertir la disímil relación entre anillos logrados y preeminencia dinástica: 49ers y Cowboys, con cinco Lombardis, y Patriots, con cuatro, ofrecen también un reflejo en la dominación ejercida durante lustros e incluso décadas. Por el contrario, el equipo con más Super Bowls en sus vitrinas, demuestra sin embargo un perfil mucho más bajo en cuanto a su capacidad intimidatoria durante periodos sostenidos. Los acereros cuando huelen sangre no suelen perdonar, otra cosa es la larga y no siempre regular marcha hacia la presa.

Dicho esto, ¿cuál es el primus inter pares de esta constelación de leyendas? Si atendemos a la primera columna, la que hace referencia al mejor conjunto, de los veinticinco parámetros temporales, en quince de ellos el mejor rating Elo lo lograron los 49ers. Dicho de otra manera, en más de la mitad de las veces entre las combinaciones cronológicas comprendidas entre 1970 y 2014, los ex Candlestick Park fueron sin lugar a dudas la franquicia dominante ¿puede afirmarse entonces que el equipo de Montana, Young y Rice ha sido la más grande dinastía de la NFL? Sí pero…no. Fíjense, los Patriots aparecen como mejor equipo en ocho ocasiones, pero si atendemos al resto de columnas, consta como mejor segundo en quince ocasiones y como mejor tercero, en una más. Total, veinticuatro veces. Los 49ers, a las quince menciones como mejor franquicia, se le deben adicionar cuatro como mejor segundo y tres como mejor tercero, que suman un total de veintidós presencias. A mucha distancia aparecen Cowboys con trece y Steelers con siete. En síntesis, si bien 49ers ha sido la mejor dinastía en cuanto a máxima puntuación de Elo, los Patriots se muestran, desde un prisma global, como el conjunto más ganador, fiable y regular durante más tiempo ¿entonces? ¿No habíamos quedado que el cómputo Elo resultaba un método científico ponderado y justo que nos iba a proporcionar por fin la respuesta a la pregunta del millón de dólares? Pues no, querido lector. Las estadísticas, las cifras, los datos son, como los sentimientos, manipulables –que nos lo digan en las jornadas electorales en las que todos ganan indefectiblemente- y susceptibles de utilizarlas a nuestra conveniencia. Es más, en el propio ámbito ajedrecista, se relativiza un ranking Elo donde claramente salen beneficiados los jóvenes jugadores que disponen tanto de un mayor número de torneos, como de apoyos tecnológicos e informáticos muy potentes que facilitan su formación. Los especialistas, en este sentido, destacan por ello el valor real de los asombrosos 2.851 puntos de Gary Kasparov.

Por todo ello, olviden todo lo que hasta ahora han leído, abjuren de los algoritmos, de las ecuaciones y de las variables. ¿Que usted considera que no ha habido cosa parecida a la West Coast Offense?, pues sosténgalo; que piensa por el contrario que con el druida Belichick se rompió el molde, defiéndalo; ¿acaso cree que los Undefeated Dolphins de 1972 son una referencia imbatible? adelante amigo; si se derritió con The Triplets -Troy, Emmit y Michael- ¿porqué ocultarlo? ¿debe sentirse uno culpable de haber disfrutado –y ganado- con el juego de Lambeau, Starr, Favre y Rodgers?, en fin, ¿hay alguna regla que prohíba emocionarse más con un front seven desdentado y tetracampeón que con la posesión del balón?

Esto es football, esto es deporte, discuta, debata, provoque, jáctense de ser el verdadero Princeps sin necesidad de respaldarlo racionalmente. La offseason es larga, fría y oscura.