Alerta roja para los Saints tras una agencia libre conturbada

La temporada pasada debía ser el año de la consolidación del proyecto de Sean Payton y Drew Brees. El entrenador y Mickey Loomis, GM de los Saints, confeccionaron una plantilla que debía de mantenerse en lo alto de la NFL un par de años, básicamente sin margen de error ya que el límite salarial de la organización llegó a su tope. Se la jugaban con una apuesta de alta recompensa, pero a su vez de alto riesgo (como cuando te tomas un marisco que lleva unos días en el frigo, puede estar bueno y es un éxito, o esta malo y la situación puede llegar a ser horrible). El resultado todos lo vimos: una debacle sonada del equipo que debía de ganarlo todo (parecido a los de España en el mundial, pero sin el bigote de Del Bosque). La situación derivo rápidamente en una crisis centrada en si convenía seguir con este plan que caro que había fallado rotundamente o dinamitarlo todo dando salida a muchos jugadores para aliviar la situación salarial.

A todo esto, la afición en Nueva Orleans no sabía que pensar. No daban crédito que por fin el equipo parecía dejar los años malos (casi toda su existencia) y justo la temporada que apuestan a lo grande todo se hundió como el Titanic. Existió nerviosismo entre la afición por el futuro del equipo ya que la sensación que circulaba por la ciudad era de que se volvería a empezar de cero y que regresarían, al menos por ahora, los ‘Aints (los nada, derivado de una expresión muy común en el sur de Estados Unidos).

El primer día de agencia libre salto el bombazo: Jimmy Graham, TE quien tuvo una gigantesca temporada durante el 2014 a pesar de la debacle del equipo y se había convertido junto a Drew Brees en el jugador más querido del equipo, era intercambiado a los Seahawks junto a una selección del draft de la 4ta ronda por Max Unger (C) y la selección 31 de este draft (primera ronda perteneciente a Seattle). De todos los equipos de la liga, justo a los Seahawks, equipo que en las últimas temporadas ha dado tantos dolores de cabeza a los Saints por su ya de por sí explosivo ataque. Con esto la afición se hundió en sus peores presagios: “the ‘aints are marching in” tuiteaban aficionados disgustados. Si es por quejarse, hasta Drew Brees lanzó su particular grito al cielo publicando en twitter una foto de él junto a sus hijos quienes vestían camisetas de Graham.

Poco después también fueron cambiados Kenny Stills (WR) a Miami por Dannelle Elherbe (LB) mas una elección en la tercera ronda y Ben Grubbs (G) por una elección en la quinta ronda y salieron del equipo otras caras conocidas como Lofton (CB) , Thomas (RB), White, Cadet (RB).

Cuando todo creían que Nueva Orleans pensaba en una lenta reconstrucción, fijada solo en las elecciones del draft conseguidas hasta el momento, los Saints dieron un mazazo a la mesa firmando a C.J. Spiller (RB) quien dejaba como agente libre Buffalo y por muchísimo menos dinero de lo que hubiese ganado en casi cualquier otro equipo de la liga y quien puede llegar a integrarse en el ataque dinámico de los Saints no solo funcionando como running back sino también como receiver de la misma manera que ya hizo Sproles en el pasado. Además de Brandon Browner (CB) quien cambió el frío de Boston por el Bajou tropical de Luisiana, adquiriendo un activo interesante en defensa.

Además dentro de nada llega el draft de la NFL. a Payton se le da especialmente bien sacando pro-bowlers de entra las rondas 3 a la 7 normalmente despreciadas. Marquee Colston por ejemplo salió en la séptima ronda, y el mismísimo Jimmy Graham de la tercera). Los Saints entran a este draft con 9 selecciones y con una gran ventaja: de las primeras 50 selecciones del draft, 3 son suyas; 5 de las primeras 80 selecciones. Con esto esperan apuntalar lo que fue la segunda peor defensa de la temporada pasada y buscar alguna arma ofensiva que sirva de objetivo para Drew Brees. Con los nuevos jugadores que han llegado los aficionados han respirado un poco y en su mayoría creen en que Payton sacará petróleo del draft, al que esperan con gran ilusión.