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Natación

Vergnoux: “Me daría pena tener que dejar el proyecto a medias”

Tras Mireia Belmonte, hay muchas personas entre las que destaca Fred Vergnoux. El fin de semana arranca el Open en Málaga y las aguas, para el técnico francés, no son cristalinas.

Fred Vergnoux con Mireia Belmonte.

—Llega el Open este fin de semana. ¿Cómo ha ido el trabajo en estos tres meses?

—El objetivo era empezar a coger volumen para el año olímpico. Hicimos más altura, nadamos bastante y algunos, entre ellos Mireia, nadaron diez semanas seguidas más de 100 kilómetros. En el Open hay que hacer la mínima, pero toca pensar más allá. Ha sido una fase dura, de lunes a domingo, y algunas competiciones con carga de trabajo. Mireia no ha parado.

—¿La altura es el secreto de Mireia Belmonte?

—Cada temporada tengo más información sobre Mireia y sobre cómo afinar la preparación olímpica. No hay un porcentaje para cada cosa. Es un todo. La clave es su predisposición para realizar esta preparación.

—Pero cada año están más en Sierra Nevada…

—Es un proceso evolutivo. Todo lo que hacemos con altura es planificado y, efectivamente, cada temporada hacemos un poco más, pero no funciona para todos.

—¿Se marca algún objetivo para Mireia al margen de lograr las mínimas del Mundial?

—Mireia es ahora una persona importante del país. Seguro que la gente espera que haga récord del mundo este fin de semana, pero no es así. Hará solo las mínimas, no se puede estar todo el año a tope. Quiero fijarme en la técnica, porque introdujimos novedades en el subacuático, salida y virajes.

—Mireia es importante y usted también. ¿Tiene ofertas?

—Cada cierto tiempo me llegan ofertas de otros países, con proyectos sólidos, de países que aman la natación. Hasta ahora he rechazado estas ofertas muy potentes económicamente, solo por el compromiso que tengo con mi grupo de entrenamiento y con Mireia en particular. Cada vez tengo más difícil seguir haciendo mi trabajo aquí y si esta situación no se revierte totalmente en un futuro breve tendré que estudiar estas ofertas. No dispongo de los medios mínimos necesarios para realizar mi trabajo.

—¿A qué se refiere?

—Le pondré ejemplos. Viajamos un día antes a las competiciones sin tiempo para aclimatarnos. El hotel en ocasiones está a 40 kilómetros de la piscina y cada día invertimos casi tres horas en viajes. Nuestros competidores tienen el hotel a 10 minutos, como pasó en el último Mundial. En la última competición tuve que pagar de mi bolsillo barritas energéticas… Sin los medios adecuados será muy difícil que los resultados sigan saliendo. Sería una pena que tuviera que abandonar un proyecto a medias, máxime cuando lo mejor de Mireia y de mi grupo está por venir.

—Están en plena preparación olímpica. ¿Se le pasa por la cabeza tomar esta decisión?

—Soy consciente de que los triunfos alcanzados por la natación española en estos últimos años han sido históricos y casi inimaginables. No se puede seguir confiando en el talento y el amor propio por ganar de Mireia y un par de nadadores más. Tengo como principio acabar mi contrato, e intentaré cumplirlo, pero ahora mismo me cuesta.

—Es duro. ¿No hay un plan federativo?

—Lo conseguido hasta ahora se quedaría como la gesta de una persona. La natación española está acostumbrada a grandes gestas de deportistas con una voluntad de hierro y un talento inusual. Estos triunfos serían más continuos y numerosos con una planificación adecuada y más recursos, o simplemente aprovechando mejor estos recursos. ¿Por qué no tenemos más nadadores con las instalaciones y profesionales que hay?

—La crisis afectó al deporte. ¿Lo notan?

—A un año y medio de Río lo tenemos difícil. La RFEN lo tiene complicado por la falta de recursos, pero por eso es importante saber a qué se destinan y evitar gastos inútiles. Los gastos deberían ser para los deportistas. Tenemos que tener la ayuda máxima a todos los niveles. Un técnico y sus deportistas necesitan tranquilidad.

—¿Y adónde iría?

—Ni idea. Rusia, Brasil, Australia, Francia...

—¿Cuándo acaba contrato?

—En diciembre de 2016. Eso se lo agradezco a Fernando Carpena.

—¿Cómo está su grupo?

—El grupo está bien. Estoy contento con los jóvenes. Ahora, además, tengo una chica italiana y un chico de Brasil. Alice Mizzau nada 200 y 400 libre, y ayuda a que Mireia mejore en esas distancias. Ya nos pasó el año pasado algo parecido cuando vino Lauren Boyle o Hannah Milley. Es difícil hacer entender que es algo muy bueno entrenar con nadadores de otros países. Deberíamos ser más abiertos.

—Todo lo que ha explicado, ¿le ha afectado emocionalmente?

—Sí. Cuando un técnico está aburrido debes pensar que los chicos estarán más. Esto es difícil. Tienes que estar siempre contento, animado… Fui al entierro de Muffat, pero tengo que aparentar normalidad. Mi mujer era cómo la hermana grande de Camille en el equipo de Francia. Siempre digo que el proceso explica los éxitos. Es difícil no actuar en función de emociones.