Previa del draft de la NFL: dos pass rushers con mucho futuro

Fowler, de 1,90 de altura, es un jugador cuya mayor fortaleza radica en su versitilidad, habiendo siendo usado en su alma mater en las posiciones de Defensive End tanto por la izquierda como por la derecha, de tackle defensivo y de linebacker exterior.

Entre sus puntos débiles, los analistas destacan que debería trabajar para ganar algo más de fuerza física. Curiosamente, es el mismo fallo que le sacan a otro pass rusher esencial en esta clase de futuros rookies: Randy Gregory.

Dante, nacido en St. Petersburg (Florida, al lado de Tampa) pudo elegir entre firmar con la universidad de Florida o por Florida State, en donde podría haber sido compañero del previsible número 1 del draft, el quarterback Jameis Winston. Parece que seguirá sin salir del Estado Naranja, ya que las previsiones le colocan con la elección 3 por Jacksonville, precisamente la capital del estado.

El otro pass rusher que puede ser elegido entre las elecciones altas de la primera ronda es Randy Gregory, de la universidad de Nebraska, aunque en su caso los expertos no se ponen tan de acuerdo como con Winston, Williams o Fowler, situandole entre los puestos 2 (aunque la mayoría de analistas coincide en que los Titans cogerían a Leonard Williams) y el 13.

Gregory es un pass rusher alto (1,96 de altura), muy atlético y fuerte y con buenos movimientos. Tiene brazos largos y unas manos activas que nunca dan un balón por perdido. Según los expertos tiene todas las condiciones para ayudar a la defensa desde el primer momento.

Su mayor pero ahora mismo es el haber dado positivo por marihuana en la combine de febrero. Randy reconoció el fallo en la prueba, pero declaró: "Quiero que la gente entienda que no soy un fumeta tonto. No lo soy. Soy inteligente. Amo a la gente que me ayuda, amo a mi familia, amo a mi grupo de apoyo. No quiero ser etiquetado como un fracaso que no pudo conseguirlo porque fumó".

El positivo por Marihuana podría afectar a la posición en la que Randy Gregory saldrá escogido en el draft, aunque no siempre ocurre así. Es el caso de Calvin Johnson, que fue elegido en la tercera posición del draft de 2007 pese a admitir haber fumado marihuana durante la combine. En el caso contrario tendríamos a Justin Houston, cuyo positivo hizo que cayera hasta el número 70. El pass rusher de los Chiefs ha hecho que muchos equipos se arrepientan de haber dejado pasar la oportunidad de ficharle. Aunque otras veces la historia no tiene un final tan feliz y el jugador acaba viendo seriamente comprometida su carrera profesional por el uso de drogas, como en los recientes casos de Justin Blackmon o Josh Gordon.

Antes del positivo por marihuana, Randy Gregory había declarado que se veía como número 1 del draft. En su año con la universidad de Nebraska, el ambicioso jugador consiguió 64 tackles, 10,5 sacks y una intercepción que retornó para touchdown, empezando como titular en 10 de sus 13 encuentros. Estos números le sirivieron para ser elegido en el primer equipo de su conferencia, la All-Big Ten. Antes de Nebraska, Gregory había jugado en Arizona Western College, consiguiendo en 2011 82 tackles y 9 sacks y perdiéndose la temporada 2012 por lesión.