Claudia García es la heredera 'bajita' de Beitia y Mendía

Claudia García (Barcelona, 1992) mide 1,68 y se eleva sobre un listón de altura hasta 1,90 m, como demostró en los Campeonatos Universitarios de Estados Unidos (NCAA) de Arkansas, donde terminó segunda. “Fue muy emocionante. Éramos 16 saltadoras de todo el país y el nivel era muy parejo. Me dije: ‘Va a ser muy divertido’. Podía desde ganar a quedar la 12ª, y fui plata. El 1,90 fue la guinda”, dice Claudia, que competía por Akron, universidad de Ohio donde estudia un Máster de Fisiología del Deporte. “Tras la medalla, me recibieron con infinitas felicitaciones y me pusieron una placa en El pasillo de la fama”.

Claudia, de 22 años, llegó a los Zips de Akron esta temporada hastiada de su periplo en el CAR de Barcelona, donde pensó incluso en colgar las zapatillas. “Me sentía atendida y querida, pero necesitaba un cambio drástico”, y cree que ha acertado con su apuesta: “Pese a estar a veces a 15 grados bajo cero, la experiencia está siendo espectacular”. Le guía los pasos Tomasz Smialek, un exsaltador polaco que le enseña “métodos europeos”: “Aquí trabajamos más la parte técnica que la muscular. Hacemos competiciones de acrobacias, mortales en la colchoneta... pero, sobre todo, me levanto todos los días de la cama de un salto con ilusión para entrenar”.

Sus 1,90 m le sitúan como la tercera mejor saltadora española de todos los tiempos, sólo por detrás de Marta Mendia (1,96) y Ruth Beitia (2,02), que superó por primera vez los 1,90 con 21 años, sólo uno menos que Claudia. “No lo sabía, pero la verdad es que Ruth fue mi primer referente. Aprendí de ella a no perder la sonrisa. Me enorgullece muchísimo poder compartir páginas con ella y con Marta”. Aunque sus referentes son Kajsa Berqvist (“Veo vídeos de ella todas las noches”) y la italiana Di Martino: “Medía exactamente como yo y llegó a las 2,04”. Frente a los 1,92 que mide Ruth, para Claudia los 1,68 no son “algo negativo”: “Me obligan a ser de las mejores a nivel técnico y psicológico. Me supone tener que crear la mejor versión de mí misma”.

En Arkansas hizo una tentativa sobre 1,93 (“Me gustó, porque no tuve miedo al listón”) y no sabe dónde estará su techo. “Soy malísima estableciendo objetivos. Al principio, mi meta era saltar 1,80 en toda mi carrera y ahora me sorprendo fantaseando con ir a Mundiales y Juegos. Sólo el tiempo y los entrenos lo dirán. Lo único que digo es que tras intentar 1,93…esto no ha acabado aquí”.