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DUELE EN FRANCIA

La Manaudou de sonrisa triste

Camille Muffat ha muerto a los 25 años durante el rodaje de un reality show. La tragedia ha conmocionado a toda Francia.

Actualizado a
Camille Muffat
Clive RoseGetty Images

Camille Muffat detuvo su intensa vida a los 25 años, tan sólo ocho meses después de haber cerrado de un carpetazo su exitosa pero sacrificada carrera como nadadora. La Manaudou de sonrisa triste, la recuerdan en su país, calificativo que define sus éxitos deportivos y su condición de icono femenino, como lo fue ocho años antes Laure; y también su personalidad dócil y discreta, al contrario que la anterior heroína francesa, una mujer acostumbrada a vivir siempre al límite.

Nacida en Niza, donde desarrolló toda su carrera, su nombre está ligado al de su entrenador, Fabrice Pellerin, y al de Yannick Agnel, el otro divo de la natación francesa en los Juegos de Londres 2012. Muffat creció rodeada de deporte. Su madre era cuidadora de niños y su padre fisioterapeuta, aunque antes había labrado una discreta carrera como nadador, boxeador y ciclista, sin grandes resultados. Al igual que su padre, Camille tuvo de entrenador a Pellerin, un técnico conocido por buscar siempre la perfección y por su férrea disciplina militar, características que se complementaban con la personalidad frágil y de chica trabajadora de Muffat, quien ya de niña empezó a destacar.

Con 15 años, en el Campeonato francés de Nancy, vivió su salto a la fama. Derrotó a Manaudou, recién campeona olímpica, en los 200 estilos, provocando un impacto mediático en Francia, cogiendo el futuro testigo de una de las mejores nadadoras en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Versátil, Muffat siguió cosechando éxitos en el Mundial júnior de 2006 (donde coincidió por primera vez con una de sus futuras rivales, Mireia Belmonte) y posteriores europeos, pero le costó alcanzar los podios en grandes competiciones, y en los Juegos de Pekín naufragó en las pruebas de estilos.

Pellerin sigue erre que erre hasta que, tras los resultados en el Europeo de 2010, decide que Muffat se especialice en el estilo libre y centre todos sus esfuerzos en esas pruebas. Es en ese momento cuando ambos cambian el chip y se ponen como reto conseguir medallas en los 200 y 400 libre de Londres 2012. Para ello le dedican una salvajada de horas, nadando 16 kilómetros por día y viviendo por y para la natación. El mundo acuático se sorprende con los parciales y las marcas de Muffat. Tanto esfuerzo se torna en éxito: oro (400 libre), plata (200 libre) y bronce (4x200 libre) es su botín en los Juegos. Francia encuentra relevo a Manaudou, pero Londres representa también un punto de inflexión para la nadadora.

Su compañero Agnel, ganador de dos oros y una plata en Londres, decide dejar a Pellerin, enfrentando con los métodos y las maneras de su técnico. Muffat se encuentra entre la espada y la pared, pero realiza una sentencia reveladora: “Dejar Niza es dejar la natación”. La campeona olímpica sigue con su técnico, pero su rendimiento va a menos. En el Mundial de Barcelona, en 2013, decepciona en pruebas individuales. Tras ese varapalo, decir bajar el pistón de los entrenamientos y, el pasado verano, se retira.

A los 23 años, con un año más que Laure Manaudou en su momento, Muffat puso fin a su histórica acuática. “Ella solo quería ser feliz”, declaró su agente Sophie Kamoun. Ahora Francia y el círculo de la natación llora a una de sus mejores deportistas.