RUGBY - SEIS NACIONES
Vendetta italiana y Escocia acaricia la Cuchara de Madera
El empuje azzurri se impuso (19-22) con un ensayo de castigo en el último minuto y vengó el drop de Weir de hace un año.
Italia ejecutó la más fría de las venganzas, Vendetta lo llaman. Si hace doce meses Weir coló un drop con el tiempo cumplido para enmudecer el Olímpico de Roma y dar a Italia la Cuchara de Madera, esta vez fueron los azzurri los que evitarán este doloroso Trofeo tras encontrarse con un ensayo de castigo en la última jugada. Murrayfield se heló minutos antes viendo como Italia, llena de confianza, iba a por la victoria, y las continuas infracciones del Cardo (lejos del nivel de las dos primeras jornadas) dieron forma a una inesperada conquista visitante. Los de Brunel ya han cumplido con el expediente, Escocia necesita una proeza ante Inglaterra o Irlanda, las dos grandes favoritas, para evitar la Cuchara.
A las primeras de cambio Italia ya había regalado tres puntos al Cardo. Primera jugada, golpe de castigo y Laidlaw colocaba el 3-0. Los locales estaban decididos a no complicarse la vida teniendo en cuenta la amenaza de la Cuchara de Madera. Italia intentó jugar a la mano y Bennett aprovechó el primero de los muchos fallos de Haimona para interceptar el balón y posar bajo palos.
En unos pocos minutos ya tenía un claro 10-0 en el marcador. Se intuía una catástrofe italiana pero los de Brunel aprovecharon una touche para armar un maul que acabase con el ensayo de Furno. Riñones, seña azzurri, para levantar la situación. Dos golpes de castigo, uno por cada bando, mantenían la renta en el ecuador del primer tiempo hasta que el capitán escocés, Laidlaw anotaba su tercera penalización consecutiva a favor para el 16-8.
El ritmo del encuentro bajó, con Escocia más atrevida pero sin mucha precisión. El paso del tiempo dio confianza a Italia para buscar otro ensayo y este llegó en una carambola. Haimona pateó un golpe sencillo, dio en el poste y Venditti cogió el rebote para firmar el 'try' con el que se llegara al intermedio con un apretado 16-15. Escocia tenía ganas pero su rugby no estaba al nivel de las dos primeras jornadas.
La segunda parte se ensució. No hubo rugby brillante ni abierto, ambos optaron por un juego de fases al que Italia estaba más acostumbrada. Allan marró un golpe de castigo centrado que hubiese allanado el camino y trasladado la presión al Cardo. A continuación Escocia cogió la iniciativa y Laidlaw tranquilizó a los suyos con el 19-15. De ahí al final Italia tenía que meter todo su empuje buscando el milagro... y este llegó.
A Escocia le entró miedo y en los últimos minutos fueron continuas las faltas hasta el punto de que Italia, más motivada y convencida, acabó metiendo a sus delanteros al límite de la línea. El árbitro Clancy, cansado de las penalizaciones del Cardo, concedió el lógico ensayo de castigo a escasos segundos del final. Los italianos, entre lágrimas y tumbados sobre el verde de Murrayfield, tenían al fin su vendetta.