España y García: "El secreto es nuestra pasión por el atletismo"

Cuando Jesús España y Víctor García hablan de atletismo se les iluminan los ojos. “Es que esto nos apasiona, al final todo sale porque nos gusta mucho este deporte”, cuentan estos dos amigos madrileños. Son iconos del fondo en el atletismo español y el sábado 21 se verán las caras en el 3.000 de los Nacionales de Antequera por ganarse la plaza para los Europeos indoor de Praga. “Será una carrera con siete personas que aspiran a todo. Estará muy abierto y hay que estar muy concentrados”, cuenta España, que bajo techo suma cinco oros nacionales y tres bronces europeos.

A los 36 años, Jesús ha recuperado su mejor nivel tras una brillante San Silvestre (fue segundo) y con los 7:51.1 que marcó en tres kilómetros hace unos días en Valencia. Aunque no le gusta que le digan “renacido”. “Es que no me he muerto”, bromea. El de Valdemoro basa su longevidad “en disfrutar con el atletismo y cuidarse mucho”. “Por suerte tengo un entorno que me ha ayudado a centrarme en esto”. Adalid del deporte limpio, España es un referente para los atletas que vienen detrás, entre ellos Víctor García. “No es peloteo, para mí Jesús es un ídolo. No hay más que ver su historial (España fue oro europeo al aire libre) y los valores que ha inculcado a una generación entera (Guerra, Bikilín, Abadía, Martos, su hermano Fran...) Es un amante del atletismo puro, de toda la vida”.

García (Rivas, 1985) es apodado como Victorín por su aspecto liviano. Es reconocido por ser “uno de los atletas con más clase del panorama español”, también ha ganado un título nacional bajo techo y arrastra la cruz de haber tocado el suelo en dos Europeos de obstáculos. “Han sido las dos únicas veces que me he caído. La primera en Helsinki fue agridulce porque me rehíce y cogí medalla. La del año pasado en Zúrich fue desagradable porque me quedé sin opciones”.

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Victorín llegará a Antequera con la forma justa tras haber sufrido una lesión de sóleo y sin tocar la pista cubierta. “Pero yo sé de lo que es capaz Víctor”, relata España, que admite su papel de líder y ve en el ripense “un reflejo”. “Lo conozco desde pequeño y se parece a mí incluso en la manera de correr y de hacer las cosas. Yo ya tengo 36 y me queda poco en el alto nivel, pero cuando me siente en la grada como espectador tengo claro que lo animaré a él”. Víctor protesta: “No digas eso Jesús, que te quedan muchos años. Mira Lagat, con 40, al nivel que está”. Jesús se anima y dice que se ve en Río. “Sólo pude ir a Pekín y me gustaría estar. Me apetece”. Víctor se lanza también: “En Londres llegué lesionado y tengo esa espina”.

Ambos analizan el momento del atletismo actual. “La situación a nivel profesional es complicada. Se puede vivir con una beca en un CAR, pero sacar una casa adelante es complicado... Aun así, sale mucha gente en pruebas poco habituales”, relata España. Víctor añade: “Al final todo lo salva la ilusión. También al haber menos dinero, hay menos dopaje. Aunque estaría bien que hubiese ayudas”.

Los dos están en estrecho contacto con la Fundación Madrid Olímpico (Víctor tiene beca). “Se portan muy bien y cuidan mucho al deportista”, cierran dos amigos a los que ha unido el atletismo, su pasión.