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Cambio de sexo

Los cambios de sexo más destacados del deporte

Se han dado varios casos llamativos en la historia del deporte: Heidi Krieger, Robert Millar,... En España, María Torremadé que destacaba en atletismo.

Robert Millar es ahora Philippa York.

María Torremadé. La chica que batía récords de atletismo acabó siendo Jordi

La bautizaron como María y acabó siendo Jordi. Nació en Barcelona en 1923 y hasta los 19 años fue mujer. María Torremadé jugaba al baloncesto en el Laietá, ocupaba la portería del SEU en hockey hierba y corría como un demonio. Tanto como para marcar 7,7 segundos en los 60 metros en 1941, mejor marca europea. Su potencia asombraba. Como asombró a sus padres que no desarrollara los pechos. Los médicos diagnosticaron que era un hombre, que sus órganos sexuales masculinos permanecían ocultos por una anomalía congénita que se corrigió con una operación. Entonces, pasó a ser Jordi en el registro civil, y en 1952 se casó con Catalina Pons. “El deporte contribuyó a evadirme del drama real que vivía, porque mi instinto me decía que era hombre y no mujer”, declaró en 1982 a El Mundo Deportivo. Dicen que su caso influyó en que Pilar Primo de Rivera prohibiera el atletismo femenino hasta 1963 por masculinizante.

Erika Schinegger. Campeona mundial de esquí pero hombre

Erika Schnigger (Austria, 1948) dirige una escuela de esquí en Agsdorf, donde los niños le llaman Erik. Porque ya no es aquella mujer que se proclamó campeona mundial en 1966 en Chile. Al año siguiente, mientras estaba entrenando para los Juegos de Invierno que se iban a celebrar en Grenoble en 1968, el Comité Olímpico Internacional encargó un examen médico, porque recelaba de su género, y se descubrió que era un hombre pero que había nacido con órganos sexuales internos. Ahí murió Erika y nació Erik, que se casó con una de sus amigas (izda. de la foto actual) cuando era mujer. Escribió su historia en una autobiografía: Mi victoria sobre mí mismo, el hombre que fue campeona mundial.

Richard Raskin. El marine que jugó el US Open femenino

Richard Raskin (Nueva York, 1934), hijo de una familia acomodada, estudió en Yale, se enroló en 1963 en la marina de Estados Unidos y ejerció como prestigioso oftalmólogo sin perder nunca su afición al tenis. Pero tras casarse y tener un hijo, en 1975 decidió hacer caso a sus instintos. Tras operarse, pasó a ser mujer y a llamarse Renée Richards, y retomó el tenis. Con tanto ahínco que pasó a ser profesional, lo que causó el revuelo en el circuito femenino. Sus compañeras no querían jugar con un hombre, pero un juzgado le dio la razón en 1977. Fue finalista de dobles ese año en el US Open y semifinalista de mixtos con Nastase. Jugó contra Navratilova, y luego pasó a entrenarla.

Mike Duff. Ganó tres grandes premios de motociclismo

Mike Duff (Toronto, Canadá, 1939) pasó media vida en los circuitos, dando gas a la moto en una época en la que los trazados estaban rodeados por balas de paja y la Isla de Mann era el sancta sanctorum. Allí precisamente corrió su primera carrera Duff en 1960. En 1965 vivió su mejor temporada, y sus registros indican que logró tres victorias en el Mundial y subió 23 veces al podio. También sufrió un tremendo accidente en el GP de Japón, que quedó reflejado en un documental, Ride for your life. En 1984, tras someterse a una operación de cambio de sexo, se convirtió en Michelle Ann Duff, dejando a sus espaldas dos esposas y tres hijos. Lo que no olvidó fueron las motos: sigue montando.

Heidi Krieger. Las ‘alubias azules’ de la RDA la cambiaron

Heidi Krieger (48 años) es uno de los fatales productos del programa de dopaje de estado de la RDA, la Alemania del Este. La campeona de Europa de lanzamiento de peso en Stuttgart 1986 comenzó a ser dopada con el esteroide anabolizante Oral-Turinabol, las tristemente famosas alubias azules de la RDA, desde los 16 años. Tomaba cantidades ingentes que ya cambiaron su voz, masculinizaron su aspecto e hicieron crecer el vello. Su cuerpo era de hombre, e incluso intentó suicidarse. En 1997 le extirparon el útero, ovarios y pechos. En el 2000, ya como Andreas, contó su escalofriante historia delante de un tribunal, frente a Manfred Ewald, que fue mandamás del deporte en la RDA.

Robert Millar. El rey de la montaña apareció en 2007 como Philippa York

Robert Millar (1958, Glasgow, Escocia) fue el rey de la montaña del Tour de Francia en 1984, y cuarto en la general por detrás de monstruos como Fignon, Hinault y Lemond. En el Giro, segundo en 1987. Por las carreteras de España también dejó su sello en La Vuelta, siendo segundo en 1985, la de la emboscada de Perico Delgado y Pepe Recio camino de las Destilerías DYC, y 1986. Millar siguió ligado a la bicicleta como preparador, pero en 2003 desapareció del mapa. Fue incluido en el salón de la fama del deporte en Escocia y ni siquiera acudió a la ceremonia. Se le tragó la tierra. Hasta que en 2007 el Daily Mail le encontró... transformado en mujer en Dorset, donde vivía con otra chica con la que mantenía una relación sentimental. Ya era Philippa York. La foto de la derecha, con una larga melena, es la única que hay de él, y no existen declaraciones suyas desde ese misterioso 2003 en que se esfumó.

Yvonne Buschbaum. Colgó la pértiga e inició un tratamiento hormonal

“Desde hace años, me siento en un cuerpo ajeno y quien me conoce lo ve tan claro como yo. Soy un hombre en cuerpo de mujer”. Con esta declaración, Yvonne Buschbaum (Ulm, Alemania, 34 años) anunció en 2007 que iniciaba un tratamiento hormonal y se iba a someter a una intervención quirúrgica para pasar a convertirse en transexual, para dejar de llamarse Yvonne y ser Balian.

La pertiguista fue sexta en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, séptima en los Mundiales de Edmonton 2001 y bronce en los Europeos de 1998 y 2002. Una atleta de nivel. En el momento en que anunció su cambio de sexo, también dejó de competir. Ahora es entrenador de pertiguistas y personal trainer. También ha posado como modelo en varias publicaciones. “Hay que tener huevos para tomar una decisión así”, dijo entonces su compatriota Tim Lobinger, plusmarquista alemán de la especialidad.