WATERPOLO - COPA DE LA REINA
El Sabadell sufre, pero jugará la final ante el CN Sant Andreu
Laura Ester las salvó de la prórroga ante el CN Mataró (7-6) y este domingo las chicas de Nani Guiu aspiran a su octava Copa consecutiva.
El CN Sabadell sufrió de lo lindo ante un mejorado y combativo CN Mataró, que puso contra las cuerdas al mejor equipo de waterpolo femenino del mundo. Finalmente, y gracias al formidable encuentro de Laura Ester, las de Nani Guiu disputarán este domingo a las 11:00 la final de la Copa de la Reina ante el CN Sant Andreu, donde intentarán conquistar su octavo título seguido.
Fue un partido de ‘traca’, en el que las defensas primaron por encima de los ataques. Las del Vallès se colocaron con un 3-1 al finalizar el primer cuarto, con tantos de Maica García, Dagmar y Espar. Pero las de Florin Bonca no se han amilanado y rápidamente equilibraron el encuentro: 4-3. Vivieron en el tercer cuarto sus mejores minutos las chicas del Sabadell, que por medio de Pili Peña se colocaron 6-3. Espar hizo el 7-4 en el inicio del último cuarto. El encuentro parecía hecho: nada más lejos de la realidad.
La joven Cambray, autora de tres goles, y Laura López, que anotó dos, recortaron distancias: 7-6. Quedaba un mundo y la emoción inundó las gradas de la piscina Pere Serrat. A falta de dos minutos, Laura Ester paraba a bocajarro un lanzamiento de Marta Bach. Ahí estuvo la prórroga del partidazo. El marcador no se movió y el CN Sabadell se impuso aunque recibió un severo aviso.
“La defensa nos ha dado la clasificación. Estuvimos inmensas. Quiero felicitar al Mataró, que nos han puesto las cosas muy difíciles”, comentaba Anni Espar.
El CN Sant Andreu, en cambio, tuvo un encuentro más plácido de lo que indica el 9-12 final ante al CN Rubí. Las de Dani Ballart salieron como un tiro al partido, arengadas por su afición, que vieron como la final era un hecho desde el primer cuarto. Capitaneadas en la piscina por Helena Lloret (3 goles) y Marta Recio (otros tres), el resultado al descanso fue muy claro: 1-7. El Rubí no acertaba en los ataques, cayendo siempre en la férrea defensa del Sant Andreu.
Solo en el tercer parcial las fuerzas se equilibraron, también porque el técnico local dosificó a alguna de sus jugadoras y porque el Rubí se lanzó al ataque ya sin presión, consciente de que el partido ya estaba perdido.