Inglaterra saca el rodillo y presenta candidatura al título

Inglaterra va a por todas. Da igual el nombre que le pongan a aquellos que luzcan la Rosa en el pecho, la idea de Lancaster queda plasmada en su equipo y va a morir con ella, incluso en el Mundial. Es un equipo sólido, sin brillantez, pero eficiente y efectivo.

En el Millenium de Cardiff, escenario peligroso y poco propicio para exhibiciones inglesas, tardó demasiado en aparecer. Hasta el descanso el Dragón fue mejor y mandó, con lo justo, en el electrónico. Pero Inglaterra, pese a no aprovechar a los camiones que tiran de su delantera, seguía estando a tiro.

Lancaster les llamó a filas en el descanso y con una segunda parte arrolladora la película cambió por completo. No fue una exhibición visitante, pero con decir que Gales fue incapaz de anotar un sólo punto tras el intermedio ya es suficiente. En rugby tanto vale el que mejor ataca como el que mejor defiende. Inglaterra sabe de eso y por eso ganó... y presentó candidatura al título tras superar uno de los dos escollos complicados (el otro será la visita a Dublín dentro de dos jornadas).

¿Gales? Sale debilitada. Lancaster, con lesionados, hizo pruebas; Gatland sacó a lo mejor que tenía. Y no le dio para ganar ante su gente.

Gales salió decidido a pasar el rodillo. En la primera jugada ya había logrado un golpe de castigo para que Halfpenny impusiera su ley con su pateo. Con esa renta inicial el Dragón siguió haciendo de las suyas, no se amedrentó y tras empujar y embotellar a los de Lancaster llegó el ensayo de Webb tras una gran salida táctica de Faletau en una melé.

Halfpenny pasó y el 10-0 hacía vibrar a un Millenium que, por cierto, vivía el choque sin 'echar la capota'. Inglaterra no sabía qué hacer pero en la única entrada de Mike Brown (muy sólo en ataque en su línea de tres cuartos) dejó una patada genial al hueco para que Watson firmara el ensayo escorado que Ford no supo pasar. Parecía que los de la Rosa se meterían en el partido pero el ritmo frenó y Gales recuperó el control gracias a su gran defensa. Halfpenny aprovechaba otro golpe de castigo lejano (13-5) y Ford devolvía con otro pateo después de un placaje sin balón de Roberts (13-8).

Gales era superior, o al menos daba esa sensación, pero no se iba en el marcador. En el último suspiro, con el tiempo cumplido, Biggar pasaria un drop para alejar a los locales (16-8).

Pero lo mejor estaba por llegar. A los escasos segundos de arrancar la segunda mitad la delantera de la Rosa metió la directa, encerró al Dragón en su guarida y el virtuoso Joseph posó el oval tras un fallo de placaje de North. Inglaterra estaba decidida a remontar y el hito estaba a tiro. Ford tuvo un golpe de castigo para culminar la reacción en el 48', pero le temblaron las piernas.

Daba vida a Gales, que no estaba por la labor de sentenciar. Entre otras cosas porque el pack de Lancaster no estaba dispuesto a dejar que el Dragón desplegara sus alas. Uno de ellos, North, apareció muy tarde (y muy solo), el otro, Cuthbert, vio amarilla por evitar un ensayo cantado de Haskell (colosal partido del tercera línea de Wasps). Garces dio ventaja y May falló en la recepción.

Ahí pudo reventar el choque Inglaterra. No fue así, pero Cuthbert se fue al Sin Bin 10 minutos y Ford tuvo un golpe sencillo para poner el 16-18. Ahora sí remontaba. Por delante un buen rato en superioridad, pero Inglaterra no lo aprovechó. Volvió Gales a tener 15 jugadores en el 70', pero los de Lancaster tenían el tempo controlado.

En el 74' Attwood firmó un ensayo, pero el colegiado lo anuló tras consultar al juez de video por pantalla previa de Easter... y Gales seguía vivo. ¿Habría reacción heróica? Pues no. A escasos 5 minutos los de Gatland lo intentaron, pero la defensa inglesa no cesó en su empeño. Ford pasó un golpe de castigo en el 78' para poner el 15-21 y ahí se acabó todo. Inglaterra ganó y el Dragón, sin fuego en sus pulmones tras el descanso, ve complicado ganar el 6 Naciones.

Los del XV de la Rosa presentan candidatura, aunque ante una buena Irlanda quizá no le dé con lo visto en el Millenium. Delicioso arranque de Torneo.