MUNDIAL 2015
"Los españoles que vivimos aquí sí apoyaremos a la Selección"
Muchos de los emigrantes que trabajan en Doha, que ascienden a un número en torno a los 4.000, acudirán este miércoles al partido frente a Qatar.
Geles Rivera está en Doha “trabajando para pagar las deudas que mantengo en España”, porque esta arquitecta conquense afincada en Valencia tuvo que cerrar su despacho profesional “por culpa de la crisis”, y aterrizó en Qatar donde ella considera que residen de manera habitual “unos cuatro mil españoles, de los que el ochenta por ciento está relacionado con la construcción, por aquello de la crisis en España”, y de hecho irá al partido contra Qatar “porque tiene mucho morbo” con un grupo en el que por lo menos hay otras dos arquitectas, la sevillana Macarena Ramiro y Chelo Pino.
Macarena lleva poco en Doha, está casada y tiene dos hijas (Laura de 12 años, y María de ocho), y ha trabajado aquí de manera esporádica: “Mi marido, que también es arquitecto, lleva ya dos años en este país, y al final nos hemos trasladado la familia. Y yo también espero trabajar en breve”. Chelo, soltera como Geles, lleva más tiempo aquí, es de Alicante y dice que aterrizó un día en Doha a visitar a una amiga, y se quedó: “Fui a una entrevista de trabajo, y cuando salí ya tenía la oferta. Me gustó la aventura, y aquí sigo”.
A Chelo no le interesa mucho el deporte, pero le hace gracia ir al partido Qatar-España en el Luisail Multiusos, porque ella fue la responsable “de la colocación de los mármoles en la zona vip y en la entrada de jugadores, donde parte del suelo es española”, y donde no se regateó en gastos, “porque más o menos fueron unos quinientos mil euros lo que costó colocar sólo ese suelo”.
Geles, que ha sido la impulsora de formar un grupo para ir al partido, con las entradas a ocho y a doce euros, dependiendo del lugar del Pabellón, recuerda que en su pasado tuvo un entrenador de balonmano “en unos campamentos en Valencia”, pero para las tres el partido supone una fiesta, hasta el punto de que también irán al choque frente a Eslovenia, “porque en Qatar el día libre es el sábado, y la gente sale el viernes, y no hay mucha oferta de ocio más allá de salir a cenar y a los cafés occidentales”.
No se quejan de sus sueldos, aunque para Chelo el problema en Qatar es que “se trabaja mucho, 48 horas a la semana, y sólo se tiene un día libre, lo que es mucha presión y poca vida”, aunque ninguna de las tres se plantea el regreso a corto plazo. Van asumiendo las diferencias culturales en las relaciones hombre y mujer en el país, pero también señalan que este “es un país seguro, donde nunca pasa nada. No hay problemas de nada”, y no tienen inconveniente de dejar de vigilar sus objetos personales en un bar de un hotel local occidentales y donde sirven cerveza a los clientes. “Eso si que lo echo de menos”, explica Macarena, aunque Geles puntualiza que en Qatar “hay una licorera que expende bebidas, aunque hay que cumplir unos requisitos rigurosos”.
Ellas mantienen el contacto con os otros españoles de Doha por las redes sociales, y Geles apunta que ante Qatar “aunque tengan a la afición mercenaria española, España tendrá apoyo de los que estamos aquí, porque somos muchos los que iremos a animar a los nuestros señala esta joven arquitecta con vocación literaria.