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BOXEO | MUNDIAL DE LOS PESADOS CMB

Deontay Wilder devuelve el título de los pesados a EE UU

La gran esperanza negra demostró ser realidad y ganó por decisión unánime a Stiverne (118-109, 119-108 y 120-107), pero Wladimir Klitschko parece todavía lejos.

Deontay Wilder castiga a Bermane Stiverne en la pelea celebrada en Las Vegas, Nevada.
Steve MarcusAFP

Estados Unidos, huérfano del mítico título de los pesos pesados desde que luciera brevemente Shannon Briggs en 2007, ya tiene campeón en la mítica división de los grandes acorazados: Deontay Wilder. El coloso de Alabama (2,01 m) al que en los Juegos de Pekín, donde fue medalla de bronce, confundían con LeBron James, se ciñó el cinturón del Consejo Mundial de Boxeo después de destronar a Bermane Stiverne (36 años y ahora 25-1-1) por decisión unánime (118-109, 119-108 y 120-107) y un tanto amplia a tenor de lo que se vio en el MGM de Las Vegas.

Wilder llegaba con la vitola, y a la vez el lastre, de 32 victorias en 32 combates, todos ganados por KO, 18 de ellos en el primer asalto. Nunca le había hecho falta pasar de los cuatro rounds. Sus rivales no habían lucido grandes nombres. Quedaba la incógnita, pues, de cómo respondería su cuerpo en la frontera de los 12 asaltos. Y supo gestionar bien la distancia. Aguantar para ganar. Con el jab de izquierda y su gran alcance mantuvo a raya a Stiverne y fue sumando los primeros asaltos. El canadiense de origen haitiano dominaba el centro, pero no conseguía castigar al Bombardero de Bronce.

En el séptimo asalto, Wilder estuvo a punto de tumbar a Stiverne con dos crochets terribles que pusieron a la gente en pie. El campeón demostró ser una roca, y se rehízo para anotarse el octavo. Mas Wilder sabía que el cinturón que dejó Vitali Klistchko para dedicarse a la política de Ucrania estaba cerca. Y no arriesgó para perderlo.

“Significa mucho para mí. Sabíamos que podíamos llegar y aguantar los golpes, ir más allá. Lo pasé muy bien”, declaró con el cinturón del CMB con las caras de Ali o Tyson en el pecho. El histriónico Wilder, que llegó al boxeo en 2005 cuando se puso a trabajar para pagar los tratamientos a la hija que tuvo con 19 años y que padecía espina bífida, ha llegado a lo más alto invicto, como Tyson, Lewis o Holyfield. Pero parece lejos de estos. También todavía de Wladimir Klitschko, que posee los otros tres cinturones (AMB, OMB y FIB). No parece cerca un combate de unificación por el momento. A Wilder le falta rodaje. Pero ya está ahí. La gran esperanza negra no defraudó a EE UU.