España empieza con buen pie y se impone a Bielorrusia

España sigue con la inercia del Mundial anterior, y empezó en Doha como acabó en Barcelona, con una victoria, aunque la conquistada en Doha no pasará a la historia de las hojas brillantes: triunfo del oficio en un intercambio de goles insustancial, aunque si lo importante era arrancar con los dos puntos en juego, bien para la Selección.

 Que Bielorrusia se quedase pronto sin Rutenka, porque los árbitros le expulsaron por una entrada sin miramientos a Morros en un contragolpe (13-10) en el minuto 18 también decantó el partido, como si se quedase sin electricidad suficiente por amos bandos: uno, al sentirse superior; otro, espoleado en su inferioridad. Así son las cosas del tema cerebral en el deporte.

Y sí, España avanzó hacia una victoria cómoda (21-17 en el descanso), pero se descuidó en exceso perdiendo balones sin exponer nada, y de cada balón regalado nacía un contragolpe, que era una especie de aire fresco para Bielorrusoa, que hubo un momento en que obligó a Cadenas a variar sus planes: sentó a la primera línea al completo (Chema, Dujsebaev y Antonio García) para rematar un partido que se había complicado.

El 32-30 del minuto 50, frente a Bileorrusia, señala que la defensa de España estuvo pero no fue, tuvo movimiento, como siempre, pero ole faltó contundencia, y a este nivel de equipos que llegan al Mundial, se pide por lo menos ser más expeditivo, que los lanzadores no tiren cómodos, que haya contacto en una palabra. Quedarse en tierra de nadie supone que cualquiera con un brazo aceptable te haga un ocho.

Luego Cañellas, en dos acciones de mérito, otras dos paradas de Pérez de Vargas, y un gol de Entrerríos volvieron a poner distancia y a decantar el encuentro, que tuvo que ser más sencillo, pero que al menos tiene la compensación de la victoria inicial.

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