Peula y Fernández: reyes mundiales sobre ruedas

Ioseba Fernández (Pamplona, 1989) y Patxi Peula (Vitoria, 1988) nacieron a 100 kilómetros de distancia, con un año de diferencia... y se puede decir que su vida ha ido en paralelo, igual que el orden de las cuatro ruedas de los patines con los que fueron campeones mundiales de velocidad en Rosario (Argentina). “Siempre hemos sido un apoyo mutuo. Aunque somos la cara y la cruz. Uno hace fondo y otro sprint”, cuentan.

Ioseba es el velocista (oro mundial en 500) y Peula, el fondista, oro en 10.000 puntuación, en “una prueba muy táctica”. “Competimos 36 tíos en una pista de 200 y si va el primero al suelo, peligro... Además, llegas a más de 40 km/h”, dice Peula, que también triunfó en los circuitos de ruta con un bronce en 10.000 y la plata en 20 km. “Patxi da el 200% siempre. Es un tipo duro”, relata Ioseba.

Peula se inició con ocho años cuando su tía le regaló unos patines y se ha ganado la vida en un Decathlon, descargó mercancías... Ahora se puede dedicar “plenamente al patinaje”. “Mientras esté en la élite, vale. De primero a cuarto hay un mundo. Pero es un deporte minoritario”, dice Patxi, que vive en León con su chica.

También es un currante Ioseba Fernández. Comenzó a patinar en el frontón de su pueblo (Iturmendi) y trabajó en la Vol­kswagen, en gimnasios... Ahora lleva un equipo de patinaje en Pamplona y saca tiempo para afinar la explosividad que le hace brillar sobre ruedas. “Es potente. Tiene una mente muy fría y las cosas claras”, avanza Peula. En Rosario, Ioseba, al que de pequeño no se le daba bien patinar, ganó el 500 y fue plata en 200 (allí se llevó el oro en 2012). Ambas en ruta. “Hay que decidir muy rápido en pruebas de cuatro personas que duran de 20 a 40 segundos. Si te lo piensas, pierdes”, cuenta el navarro, que mejoró desde que empezó con coaching deportivo en 2011. “La mente es un aspecto a entrenar, igual que la fuerza y la resistencia”.

Ambos, también campeones de Europa, aman su deporte. “Es muy visual y espectacular porque hay bastante contacto entre patinadores. Es todo adrenalina”. Son los mejores del mundo.