San Silvestre Vallecana
Carlos Álvarez regresará a Vallecas tras 50 ediciones
Corrió en 1964, con 22 años, y lo hará mañana, a los 72. Desde aquel año hasta 2014, la carrera ha sufrido una transformación total. “Era todo muy distinto a lo que es ahora”
Era diciembre de 1964, cuando a Carlos Álvarez, atleta de 22 años, unos compañeros de entrenamientos le dijeron: “¿Quieres correr una carrera en Vallecas?”. “Me apunté porque por aquella época mi padre tenía un taller en el barrio”, cuenta este avilesino afincado en Villanueva de la Cañada, que participó así en la primera San Silvestre Vallecana (entonces Gran Premio de Vallecas) y mañana lo hará 50 ediciones después... a los 72 años. “Nada hacía presagiar que iba a ser esta carrera tan masiva”, dice.
Desde aquel 1964 hasta 2014, la carrera ha sufrido una transformación total. “Era todo muy distinto a lo que es ahora. El circuito tenía casi tres kilómetros, la salida y la llegada eran por el bulevar (calle Peña Gorbea) y no salía fuera de Vallecas. Creo que corrimos 57 personas. Mañana habrá 40.000”, sigue Carlos, que todos los días hace 10 kilómetros, aspira a bajar de la hora (6:00 cada km), y por entonces “era uno de esos chiflados que entrenaba”.
Cambio. No tenía nada que ver con la explosión actual del running. “En esos tiempos, si te veían corriendo se metían contigo. Si lo hubiera hecho por las calles en chándal o pantalón corto, como ahora, no sé si la policía me habría detenido. Habrían dicho: ‘Este tío qué hace corriendo’. Íbamos a la Casa de Campo, en El Retiro si pisabas el césped te multaban”.
Y volviendo a Vallecas, y al año 1964. La carrera no se hizo el día 31, sino el domingo 27 y el ganador fue Jesús Hurtado, del Real Madrid, que contaba con su sección de atletismo. Pero, ¿hubo público en aquella prueba?: “Sí, había gente, pero sorprendida, cómo diciendo: ‘¡Esto de qué va!’ Si es que no tuvo apenas importancia, aunque el barrio siempre ha sido muy particular con las fiestas. Es sorprendente la trascendencia que luego ha tenido”. Álvarez quedó entre los 15 primeros y no volvió a competir en esta prueba... hasta mañana.
Ahora el garaje Numancia, que regentaba el padre de Carlos, es un bingo, la San Silvestre, una prueba masiva, y este avilesino, con sus 72 años, un ingeniero naval y abogado que no ha dejado nunca de correr. “Me hace ilusión. Vendrán los nietos y la familia a verme. Yo iré con calma y con mi pulsómetro. Aunque la carrera no tendrá nada que ver con la de entonces...”.