Es la joya del piragüismo y bronce en los Juegos de Nanjing

El pasado 29 de agosto, Pontecesures (Pontevedra) recibió con honores a Camila Aldana Morison. Querían agradecerle que hubiera llevado el nombre de su pueblo a Nanjing (China). Y que, además, lo hubiera subido al podio.

Camila fue bronce en la prueba de K1 sprint de los Juegos de la Juventud. Era la única piragüista española que participaba. Y en una modalidad nueva, que no dominaba. Se medía a la subcampeona de Europa K-2, la kazaja Kaltenberger. Pero la gallega puso a su favor el viento lateral. Hizo un tiempo de 1:55,529 y fue la sexta medalla para España en estos Juegos.

“Fue un resultado espectacular”, esgrimió su técnico, Ángel Barreiro. Llevaban dos semanas allí, estudiando el clima. Ese bronce sabía a trabajo, esfuerzo y perseverancia. Y futuro: Camila es una de las mayores promesas del piragüismo español. Un deporte al que llegó en el instituto. Tenía 12 años y era una de las actividades al aire libre. Se apuntó y se enganchó. Ahora empieza a escribir su historia.

Clasificada primera Sub-17 en la Copa de España, ese fue su billete directo a los Juegos de la Juventud de Nanjing. En su espejo, una imagen: la de Teresa Portela, dos veces campeona del mundo y cuarta en Londres, en K1 200 metros. “Entrenamos con ella y siempre intentamos seguir sus pasos. Nos ayuda muchísimo”, cuenta siempre Camila. Y es que la joven piragüista es como las otras tres nominadas al Premio Promesa AS 2014: una roca mental, alguien que nunca se rinde. Ya lo avisa en su Twitter: “No creen que pueda, les demostraré que se equivocan”.