“Estar nominada es un honor, pero si ganas, pues mejor”

A Ángela Salvadores la llaman La Petrovic del baloncesto español. Un apodo que encaja perfecto con los 40 que metió en la final del Mundial Sub-17 ante EE UU. Fue la MVP del torneo. Y Trending Topic. Pero a ella no le vale. “Perdimos. Y no puede ser uno de los días de mi vida...”, explica. Y en su voz aún hay rabia, tristeza. Lleva el gen ganador en sangre. Como el deporte.

Hija de Jorge Salvadores, exbaloncesto León, y de Ángela Álvarez, que jugó en Liga Femenina 2, su DNI dice que nació en Oviedo en 1997, pero su voz tiene acento leonés. Fue allí, en el patio del colegio Maristas San José donde metió sus primeras canastas. Destacaba. Se cambió al Aros León. Comenzó el vuelo: despuntó en los campeonatos de España con la camiseta de Castilla y León, la fichó el Siglo XXI catalán y con 16 años, ya jugaba en Liga Femenina 2. Este verano debutó en Primera, la fichó el Rivas. El próximo, volará a EE UU para jugar en la NCAA con la Universidad de Duke.

Con 17 años, mide 1,78, tiene un baloncesto afilado y un afinado tiro de tres. Pero ella sigue jugando como en el colegio. Porque se divierte. Porque no puede vivir sin baloncesto. “Me siento mal. Lo extraño si me falta un día”. Con España ya tiene dos oros europeos (2012 y 2013), un bronce mundial (2013) y la plata ante EE UU. Los 40 puntos, eso sí, no son su techo. Está más alto: hace dos años, en cadete, llegó a meter 45. Ahora le encantaría ser Promesa de AS. “Me enteré por el Twitter. Ya sabía que existían. Leo todos los días la Prensa deportiva. Ser nominada ya es un honor. Pero si ganas, pues mucho mejor”. Y lo dice desde el mismísimo corazón de su gen ganador.